jueves, 23 de marzo de 2017

No es seguro tener una sesión con...

Su parte del acuerdo en el consenso no le viene de una manera natural. Ella ha sido absurdamente afortunada al haber tenido dominantes muy intuitivos que le habían prestado mucha atención a su angustia, incluso, con un cierto grado de sensibilidad, y terminó presionándose a sí misma en cosas que estaban, en cierto modo, preparadas.

Ella nunca fue coaccionada por sus dominantes, fue coaccionada por ella misma. Esto la hacía sentirse insegura para tener una sesión con alguien, porque, si hay algo peor que el propio daño, accidentalmente, podría hacerle daño al dominante que la está cuidando. Y, sin embargo, ella hacía lo imposible para que sus dominantes no le hicieran daño.

La mayoría de las veces, ella es una persona agradable. Cuando es la sumisa de alguien, esa cualidad se amplifica por cien. Correría descalza por la nieve desde una parte del mundo a otra, en busca de un dominante que quiera su entrega. Por lo que ha habido momentos, en los que no ha sido educada sobre lo que ella estaba acordando. Esto terminó perjudicándola y destruyendo una relación de esa manera. Estos días, ella trata de tener claro cuáles son sus límites, antes de perder su mente en un romance y todos esos otros arcos iris.

Ella tiene que conocerse a sí misma lo suficientemente bien, como para saber en qué punto de una relación, es lo bastante clara para redactar esa lista. Idealmente, debería hacerla, incluso, antes de involucrarse, pero sus límites cambian de una relación a otra. Por lo tanto, no funcionaría para ella.

Tampoco es una gran defensora de la palabra de seguridad para ella misma. Por cuarta vez en su vida, le dijo a un dominante que la quería, incluso después de que saliera de su última relación rezongando por el hecho de que la había rechazado. Según me dijo, aquél dominante tenía el suficiente sentido común para insistir en ello y se excitaba cuando lo hacía. El porno de la negociación es una cosa, pero la vuelta al punto… si no utiliza palabra de seguridad, será la depredadora en su relación, porque su daño, no sólo le hace daño a ella, también a él le duele.

Las palabras de seguridad están lejos de ser una cura. Realmente, usted tiene que usarlas. Ella tiende a tolerar mucho más dolor y degradación de lo que debería, porque no quiere usar la palabra de seguridad con demasiada facilidad. Pero, “demasiada facilidad” no es nada más que una construcción que creó en su cabeza. Ningún hombre medio decente vería menos de ella, si cortara el juego en corto. Pero, tanto como quiere decirse a sí misma que odia la palabra de seguridad, es porque ella quiere sexo duro. Por lo tanto, se trata sólo de su ego.

La seguridad, la de ella y la de su dominante, es mucho más importante que eso. Los dominantes son depredadores, cuando la sumisa es negligente o trata activamente de ser dañada. ¿Y las sumisas? Son depredadoras, cuando toman el deseo de complacer yendo demasiado lejos. Y son los dominantes, quienes pagan por eso, mucho más a menudo que las sumisas.

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