Porque te quiero, toda rota y
dañada. Viviendo en las sombras, de tus historias pasadas.
No quieres
que te arregle, no quieres ser querida. Suspendida en el tiempo, para sentir de
nuevo el dolor.
Tu cosa miserable, haciéndome sentir
que yo podría meterte en una caja, para mantenerte y hacerte mía.
Pero, no me quieres, con mis ojos
llenos de amor, queriendo calmar tu mente.
Esas mujeres odiosas, en sus máscaras
sonrientes. Prometiendo amarte, te llevarán por mal camino. Has estado antes en
esa senda. Dejado, con tu corazón latiendo en pedazos. Tan frágil en tu mano, escribiendo
palabras que ellas mandan.
No juzgues un libro por otro. Tu cara
es demasiado amable por haber perdido su sonrisa. Así que, antes de darle
fuerzas de nuevo, recuerda, que eres preciosa para mí.
Es difícil dejar que te arreglen y te quieran, sobre todo, cuando uno aprende a arreglarse a si mismo, por su cuenta. Es difícil y da miedo mirar y saltar al abismo, porqué, si te rompes de nuevo, tienes miedo de que no sepan volver a montar el puzzle correctamente...
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