Acostada
sobre tu espalda, pellizcando tus pezones, muriendo por jugar con tu clítoris y
rogándome para que te coja, haces cualquier cosa que yo quiera, sin importar lo
placentero o doloroso que sea.
Empapándote
las bragas, haciendo cualquier cosa, excepto tocarte tu coño, agarrando tus
pechos, fuerte, muy fuerte. Humedeciéndote más y más. Entonces, cuando ya no
puedes soportarlo más, me suplicas que te libere.
Rogándome
que sea tu dueño, te posea, de modo que, mientras estés bajo mi cuidado, no tengas
que pensar en el trabajo, en las cuentas, excepto preocuparte nada más que de
las sensaciones.
Libertad,
a través de la sumisión.
Yo quiero libertad y no hay manera!!!!!!
ResponderEliminarComo siempre,sus letras me han hecho vivir y fantasear.