¿Alguna vez buscaste en Google “citas de besos”? Si no lo hiciste, adelante, hazlo, hay cientos de ellas y todas son bastante buenas. No me malinterpreten, algunas de ellas son demasiado dulces y, por supuesto, Dios, a menudo, parecen diluirse, incluso cuando se trata de besar, pero aún así, hay miles donde elegir.
Al final, ésta me llamó la atención: “El beso de un hombre es su firma.” Mae West. Creo que es tan cierta.
A ella, le encanta ser besada y le encanta besar. Cree que se puede decir mucho de una persona por su beso, en particular de los hombres. Le encanta un hombre que reclame un beso, lo desea como si tuviera derecho a ello. Un roce suave y amable de los labios es encantador, pero, para esos momentos realmente apasionados, ella quiere que le arranquen su beso o que la obliguen a besarlo, dependiendo de su punto de vista. Ella quiere los dedos retorcidos en su cabello. Quiere su cara o su cuello agarrado mientras él inclina su cabeza hacia atrás y reclama sus labios. Quiere quedarse sin aliento y consumida y preguntándose qué diablos acaba de golpearla.
Ella quiere que la besen como si ese fuera el último beso que podían compartir y quiere que la besen así todos los días. Quiere saber que esto no es opcional que, si ella trata de alejarse, él le abrazará más fuerte, le empujará contra la pared y le recordará quién está besando a quién. Quiere que sus labios sean magullados y, sobre todo, quiere que le eliminen con un beso todos los problemas de su día a día.
No es mucho pedir, ¿verdad?
A veces, ella quiere besarte, a veces quiere un beso suave en los labios, cuando sale de casa, a veces quiere que provoques su boca y sus labios con los tuyos, pero sobre todo quiere que la cojas en tus brazos y la beses hasta que su vagina le duela y palpite de necesidad y todo lo demás, excepto este momento, está olvidado.
Alguien me ha escrito pidiéndome que escriba sobre el beso. No le hice caso porque no hace mucho he escrito sobre ese tema. No obstante, aquí queda esto.
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