Separata

Hoy, ella se está sintiendo muy inquieta. Se siente tensa, distraída y un poco irritable. Su cerebro está zumbando y no realmente en el buen sentido. Hay más, le duele la espalda, tiene la regla. ¡Malditas hormonas! Entre sus muslos, tiene un dolor sordo. Quiere que la toquen o acaricien. Quiere correrse. Quiere acostarse de espalda, abrir las piernas y follarse con su consolador. En una palabra, ella quiere perderse en su cuerpo.

 

En realidad, eso es solo la punta del iceberg cuando se trata de lo que quiere en este momento. No lo que necesita, porque, a veces, se convierte en una necesidad. Ella necesita oscuridad, necesita desafío, necesita liberación.

 

Ella quiere su collar grande colocado alrededor de su cuello. Quiere esposas y cadenas. Quiere ataduras. Quiere ver ese lugar donde la usará y sentir el escalofrío del miedo y de la emoción mientras la prepara. Ella quiere escuchar sus propias palabras de protestas murmuradas, mientras Él la encadena en el interior de una habitación llena de gente. Quiere sentir sus dedos en la cinturilla de sus bragas, mientras se las quita. Quiere sentir su propio corazón latir en su pecho, mientras espera, y su respiración acelerada, mientras trata de mantener la calma. Quiere que su presencia detrás de ella esté llena de una lenta anticipación.

Quiere escuchar el silbido del látigo y sentir el mordisco del cuero cuando encuentra su piel. Quiere que los músculos de su trasero bailen mientras la golpea con la cane o la vara. Quiere sentir el calor de su propia piel crecer y arder. Quiere escuchar cómo Él susurra en su oído palabras que la hacen gruñir y gritar. Ella quiere suplicar y pedir más… o menos. Lo quiere todo.

 

Quiere que la lleven a ese lugar dentro de su cabeza, donde solamente estén ella y Él. Ese lugar oscuro al que suban juntos, donde nada exista, excepto ellos. Quiere sentirlo. Quiere perderse en eso. No quiere ser nada más que esto. Lo quiere todo, hasta que ese pequeño nudo acurrucado de tensión inquieta y necesidad, finalmente, se haya ido.

Así pues, ahí la tienen, las divagaciones de una mujer sumisa que necesita que su mente se aclare.