Una de las muchas alegrías de trabajar ambos desde casa, es que todo puede suceder en cualquier momento, por la mañana, al mediodía o por la tarde.
Hacía frío. Fuera, el viento estaba soplando y parecía filtrarse a través de las paredes, y en sus huesos. Ella tiene muy mala circulación y por eso se enfría muy rápidamente. Capas de ropa son imprescindibles en su mundo. En esta ocasión, lo primero que le vino a la mano fue su jersey, así que se lo puso y volvió a su sitio, a su lado. Mientras trabajaba, podía olerlo en ella, los pliegues suaves del tejido se habían adherido a su característico aroma y ahora se filtraban a su alrededor.
“Mira, estoy usando tu suéter y te puedo oler.”
Por un momento, Él se sentó y la contempló con una mirada lenta e intensa que le hizo levantar las cejas en cuestión.
“¿Qué?” pero ella no pudo evitar el sonreír, lo que podría haber sido el detonante de lo que sucedió a continuación, porque antes de que se diera cuenta, estaba de rodillas ante Él con los vaqueros alrededor de los tobillos y las muñecas atadas a la espalda con el cinturón. Él es bueno así, rápido y deliberado en sus acciones, como si se hubiera imaginado este momento mil veces y supiera exactamente cómo lograrlo en el menor tiempo posible.
A veces, a ella, le gusta defenderse, pero otras, su cabeza se vuelve sumisa y supone que las muñecas atadas, las nalgas y sexo desnudos habían presionado sus botones con bastante fuerza, así que, cuando desabrochó la bragueta y le presentó su engrosado vástago, todo lo que ella pudo hacer, todo lo que quería hacer, fue abrir su boca y tomarlo.
Sin manos para equilibrarse o guiarla, ella sólo era una boca húmeda y caliente de Él, para ser usada, y es exactamente lo que hizo. Cogiendo un puñado de su pelo, la enterró en la parte posterior de su garganta y la mantuvo allí hasta que estallaron las lágrimas en sus ojos y la necesidad de respirar hicieron que luchara contra su restricción. Él se apartó un poco, pero al mismo tiempo, pudo sentir sus dedos apretarse en su cabello enviando un mensaje claro a su cerebro, y su coño cada vez más húmedo, dado de que este era su juego, sus reglas y su placer.
Cuando terminó con su boca, la saliva goteaba desde la barbilla hasta sus muslos, sus labios se sentían magullados e hinchados y sus pulmones le dolían al respirar el aire adecuado. Su intuición le decía que estaba bastante desaliñada, arrodillada allí debajo de Él, pero, resultaba que, desaliñada también significaba joder, y joder en bruto. Ella debería tomárselo de alguna manera.
Utilizó un mechón de su cabello para guiarla y ponerla de pie y darle la vuelta. No hubo resistencia por su parte. Ella estaba muy en modo sumisa, obediente para eso y el dolor entre sus muslos dominaba sus acciones, tanto como Él. Éste parece saber cómo hacer que lo desee, lo anhele, lo necesite, hasta que le impulsa a rendirse, y rogar por ello.
Sin embargo, esta vez, Él no mendigaba, tenía su propia necesidad de llenarla, lo que implicaba llenarla con su polla dura desde atrás. A ella, le encanta el sonido que hace cuando le empuja, una mezcla de gemido y un suspiro que, a menudo, va seguido de una pausa, como si estuviera saboreando ese precioso primer momento de contacto. Ella anhela empujar hacia atrás, quiere más, más fuerte, más profundo, más llena y un pequeño gruñido de frustración ruge en su garganta, pero Él la está sosteniendo por sus muñecas atadas, dobladas en dos frentes a Él y empalada por su polla y, una vez más, este juego, este momento, es todo suyo.
La folla, golpes cortos y superficiales al principio, haciendo que su coño se estremezca con la necesidad de más, y de nuevo, ella se esfuerza contra su restricción tratando desesperadamente de conseguir lo que ella quiere. Sin embargo, el cinturón se lo pone con rapidez, sólo necesita una mano para sostenerse en su sitio, que está firmemente envuelto alrededor de los extremos del cuero, dejando su otra mano libre para darle una serie de azotes fuertes y picantes en su trasero.
La necesidad de correrse está ahora en primer plano en su mente, pero sin sus manos libres para alcanzar su clítoris, sigue siendo una necesidad, una necesidad desesperada y consumidora que se construye y cae, cada vez que la lleva más cerca del borde, pero nunca la deja que se corra. Como sus labios en su cara, su coño se siente hinchado y tumefacto, lleno de sangre y calor y un dolor agonizante. Pero no lo olvida, este es un juego y la única persona que se corre por ahora es Él, duro y profundo dentro de su vagina con un gruñido de satisfacción.
Cuando finalmente la suelta, todo lo que ella puede hacer, es tirarse al suelo y quedarse allí. Sus muñecas están todavía firmemente atadas detrás de su espalda. Sus vaqueros, alrededor de sus tobillos, un lado de su trasero iluminado en rojo por sus azotes y su semen está comenzando a gotear lentamente por su cuerpo. Coge la cámara y le hace una foto, sin pronunciar una palabra, pero alargando la mano y moviendo sus piernas o cabello, de tal manera que, pueda conseguir la foto correcta. Ella quiere esconderse, pero es un deseo falso, porque todo lo que realmente está haciendo es interiorizar ese sentimiento de uso y abuso al que su cuerpo siempre responde con lujuria.
Finalmente, él se aleja, pero justo antes de hacerlo, se inclina y coloca la cámara de fotos en el suelo, frente a su cara, para que su visión se llene con la pequeña pantalla y la escena final en su deleite vespertino.
Me ha encantado este pequeño relato! Descripción: Brutal. Me he imaginado cada detalle. Enhorabuena!! 🤗
ResponderEliminarMe alegro. Se trata de que tu fantasía se active y viva y recuerde.
ResponderEliminarBuen día