miércoles, 23 de diciembre de 2020

Adoración y posesión

 Una de las cosas que ella ha aprendido en los últimos años es que la sumisión trata de aprender un cierto nivel de admiración de su Dominante, física y emocionalmente en otro nivel. Si alguien tiene un cuerpo (en particular, la virilidad unida a ese cuerpo), que es agradable a la vista y al tacto, entonces, adorarle es sumamente fácil. ¿Qué sumisa no quiere arrodillarse, mientras tiene la boca alrededor de su gran falo? ¿Qué sumisa no quiere sentirla dentro de ella? Sin embargo, es la adoración emocional lo más importante. La sumisión es para ella ese último estado y es lo que creo que ha necesitado aprender y comprender.

Al mismo tiempo, el Dominante quiere reclamar a la sumisa para sí. Quiere que ella lo adore física, y abiertamente, lo invita para que sea usada por Él. Qué mejor manera que con su virilidad. Para Él, también, aunque se trata de ser adorado y poseerla emocionalmente.

 

Al poco tiempo de conocerla, y ella concentrarse en sus necesidades, su nuevo Dominante empezó ese proceso. No había mucho en el camino de la adoración de la polla, pero al comenzar a poseer su cuerpo y mente, empezó a ver que, definitivamente quería adorarle. Orgasmo tras orgasmos se apoderó de ella y, a través del placer y el dolor, empezó a someterse a Él. Ambos descubrieron que se día sería diferente. Pero, ella se propuso demostrarle cómo adorarle.

 

Su falo es lo suficientemente grande para llenar cada uno de sus agujeros. La aprovecha por completo y ella se siente muy bien estando llenada y poseída por Él. Sin embargo, fue el sexo anal el que la hizo adorarle más y que ambos se dieran cuenta de que la posesión completa había tenido lugar. La penetró por detrás, con ella acostada de lado. Se movió con suavidad, luego, un poco más rápido, y bruscamente dentro de ella. Como viene siendo el caso en estos días, su orgasmo, como ya estaba cerca, empezó a fraguarse. Un ano, penetrado por completo, transmite algo serio a los sentidos de ella y puede correrse sin necesidad de muchas otras estimulaciones. Durante mucho tiempo y después de esta experiencia, se acostaban junto. Él con el pene duro y largo dentro de ella, y ésta, completamente llena por la posesión que estaba teniendo lugar. Ellos hablaban, Él pellizcaba y apretaba sus pezones y, de vez en cuando, acariciaba su clítoris. Pero, lo más importante era la presencia de su polla dentro de su sitio más privado. Ambos sabían que querían quedarse allí el mayor tiempo posible para que ella supiera que era suya, que era de su propiedad.

 

Cuando más tarde, trató de llevarla a su boca, la sensación de adorarle y ese falo maravilloso casi la abrumaron. Pudo llevarla profundamente a su garganta y darle el placer que Él quería. Adoración y posesión.

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