martes, 1 de diciembre de 2020

La mujer alfa y la sumisa zorra

Dos caras de una misma moneda. ¿Eres una mujer sumisa? 

De acuerdo con mi experiencia, la mujer alfa y la sumisa zorra son a menudo dos lados de una misma mujer fuerte: Un lado público, un lado privado. He descubierto que muchas mujeres alfas profesionales durante el día (ejecutivas, doctoras, abogadas, emprendedoras, supermamas) que, a menudo, anhelan escapar de su entorno para ser una zorra sumisa en el dormitorio sin control ni tomas de decisiones.

¡Qué buena mujer!

Para ser claro, no estoy diciendo que todas las mujeres Alfas sean también sumisas. Estoy diciendo que parece haber un perfil psicológico específico, que hace de la mujer Alfa sumisa un arquetipo común entre las mujeres. Me refiero a estas mujeres como “contradicciones feministas.” Mujeres exitosas, fuertes e independientes, anhelando en público ser muy femeninas y sexualmente muy sumisas en privado. Las describo como “contradicciones feministas” porque la mayoría de los hombres las ven como una contradicción confusa entre la persona y su sexualidad, que no pueden comprender ni descifrar. En realidad, son hembras Alfa sumisas o sumisas Alfa, una mujer sumisa a un solo macho Alfa, a la vez que es dominante sobre todos los demás.

Muchas mujeres son sumisas por elección o por un anhelo natural. Las sumisas Alfa anhelan ceder el control a un Dominante fuerte y seguro por naturaleza, como parte de su necesidad de escapar mental y sexualmente de su personalidad cotidiana en el control. No tener el control es un alivio ante la constante toma de decisiones y estar al frente durante sus ocupadas y estresantes vidas diarias. Creo que la mayoría de la gente no entiende que la sumisión es, en parte, un acto de escapismo de sus propias personalidades públicas.

Las mujeres alfas son, por naturaleza, un paquete increíble de cualidades y habilidades: Mucha confianza en sí mismas, inteligentes, exitosas, sanas, y con estilo. La mayoría de los hombres no pueden soportar estar con una mujer así. O se sienten inadecuados como hombre o se sienten incómodos sin poder ser el centro de atención. Se necesita mucha confianza como hombre, y en sí mismo, para estar con una mujer alfa.

También es la razón por la que estas sumisas alfas solo pueden ser atraídas por un macho alfa fuerte, poderoso y seguro. Los hombres débiles y mansos no les atraen. A menudo, los hombres sumisos malinterpretan la personalidad pública de la mujer alfa, así como la personalidad sexual de estas mujeres sumisas alfa. Los hombres malinterpretan a estas mujeres, porque quieren que estas sumisas alfas los dominen sexualmente en privado: Incompatibilidad total. Un hombre fuerte, decidido y seguro de sí mismo, despierta de verdad, el sentido femenino de estas mujeres. Una sumisa alfa sólo puede someterse a un hombre, que ella perciba y sienta, que es aún más seguro que su personalidad pública: El respeto y la confianza son requisitos clave.

Desafortunadamente, la sumisa alfa, a menudo, no puede discernir entre los hombres dominantes y los hombres controladores. 

Lo que confunde a la mayoría de los hombres, es que existe una contradicción en el comportamiento que estas mujeres quieren de sus parejas masculinas: Caballeros en lo público y cavernícolas en el dormitorio. En realidad, los hombres somos criaturas bastante simples. La mayoría de ellos piensan que, si las mujeres quieren un caballero cortés y considerado en público, también deben querer un caballero cortés, y también considerado en el dormitorio. En segundo lugar, la sociedad y el feminismo les han robado a muchos hombres sus instintos naturales más básicos. Ser un buen esposo/padre, según los estándares de la sociedad, ha feminizado a muchos hombres en su comportamiento social. Luego, para una sumisa alfa, encontrar un hombre que sea seguro de sí mismo y que aliente y apoye su carrera profesional, a la vez que sea sexualmente dominante en el dormitorio, no es una tarea sencilla ni fácil.

Una de las formas más consistentes que he encontrado para identificar a las mujeres alfa sumisas públicamente, o en una cita, es que, a menudo, suelen decir: “Intimido a la mayoría de los hombres que conozco.” Para confirmar mis sospechas iniciales, una vez hice una declaración atrevida y coqueta, durante una conversación con una mujer alfa sumisa, para luego evaluar su reacción.  

Le dije serenamente: “Sí, pero, incluso, las chicas buenas, en ocasiones, necesitan unos buenos azotes.”

Naturalmente, su zorra interior se reveló. Al ser audaz y apoderarse de lo que desea sexualmente en privado este tipo de mujer alfa, es una receta infalible para convertirla en su alter ego travieso y sumiso. Instantáneamente se encenderá cada resorte de su personalidad alfa sumisa. 

Hablando una vez de este tema con un colega dominante, me expuso una experiencia suya vivida hacía poco tiempo. De vez en cuando, salía con una abogada, especializada en divorcios, muy sexy, menuda y muy exitosa, la cual le dijo en su primer encuentro, tomando una copa, que “ella intimidaba a la mayoría de los hombres que conozco.” Esta expresión fue la pista para darse cuenta de quién era ella. Él se rió abiertamente de lo que acababa de decir, y ella se molestó un poco. Sonriendo, le dijo: “Mides 1,75 y pesas 60 kgs. Estás húmeda hasta el extremo de que puedes ahogarte, ¿qué te da tanto miedo?”

Entre ellos existía una química sexual intensa cada vez que se reunían para cenar. Sus besos, increíblemente sensuales y apasionados, dejaron pocas dudas en su mente sobre las verdaderas emociones por él, pues había acordado de ir despacio para conocerse primero antes de intimidar entre ellos. En una palabra, no tener sexo hasta después de cinco citas. Este era su plan. 

En su cuarta cita, fueron a una fiesta de Navidad y después regresaron a la casa de ella. Mientras se besaban apasionadamente en el vestíbulo, lentamente, él deslizó su mano izquierda por su garganta. Besó el camino hacia su cuello, luego, le susurró a su oído lo que pensaba hacerle a su cuerpo. Él sintió que todo el cuerpo de ella se aflojaba entre sus brazos. Le dijo que supo instantáneamente quién era ella sexualmente y luego, sus ojos se abrieron de par en par. Inmediatamente, ella cogió su mano y le condujo al dormitorio. Él desabrochó lentamente el vestido y acarició despacio su cuerpo expuesto, lo que le puso la piel de gallina por todas partes. Ella se veía absolutamente impresionante con sólo el sujetador y sus bragas negros de encaje, puestos.

Ella pretendía jugar recatada y tímidamente cuando él intentó quitarle el sujetador. Así que, suavemente, coloqué de nuevo su mano izquierda en su garganta, giró su rostro hacia abajo en la cama y le bajo las bragas para exponer su trasero. Luego, le ordenó que contara has 20 en voz alta, mientras él azotaba su culo con dureza con cada número que ella pronunciaba. Cuando terminó de azotarla, le dijo con una voz profunda y autoritaria: “¿Quién es mi putita sucia?” Ella dijo tímidamente: “Lo soy.”
 
 “¿Me entregas tu cuerpo, tu mente y alma para hacer lo que yo desee?"

 “Sí, quiero,” ella respondió. Después de eso, todos los sistemas se fueron por una noche salvaje de pasión juntos.

Lo que él le hizo en el dormitorio, la dejó completamente alucinada. Estaba tan increíblemente excitada por ser cogida sin previo aviso y sin que se lo pidieran. No podía dejar de hablar debido a lo excitada que estaba por la experiencia. Ella había anhelado ser dominada durante años, pero la mayoría de los hombres están demasiado intimidados por ella como una mujer alfa, demasiado alfa o caballerosa y educada para hacer un movimiento tan audaz en privado. 

Con experiencia y madurez, se puede ver tanto el bosque como los árboles en la vida, y todo se vuelve mucho más claro. La mujer sumisa alfa quiere un caballero elegante en público, que la haga sentirse hermosa, sexy y apreciada, pero también, quiere un macho alfa fuerte, seguro, decisivo y sexualmente dominante, de modo que la devore en privado como ser sexual femenino…

Dominantes débiles y machos vainilla: 

Sospecho que te has dado cuenta de que muchos machos vainilla quieren que los domines sexualmente y muchos dominantes te dicen que no eres realmente sumisa, debido a tu energía fuerte y segura que no se deja intimidar por la simple fanfarronería machista. Ninguno de estos grupos de hombres te reconoce como una contradicción de dos mujeres diferentes en una. Tampoco son lo suficientemente fuertes y confiados para ti. Necesitas un macho alfa, que sea más fuerte que tú y que esté dispuesto a seguir y someterte a su liderazgo.



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