Toda relación involucra a dos personas. Dos personas que dependen la una de la otra para satisfacer sus necesidades, hacerlas sentirse bien y hacerlas sentirse satisfechas. Es un vínculo que siente desde el principio y profundiza a medida que la relación progresa. Implica mucha confianza, comunicación y respeto mutuo. Una relación de intercambio de poder - D/s, M/s, etc.- no es una excepción a esto, e incluso, puede tener algunas de sus características, que son aún más frecuentes, que sus contrapartes vainilla.
Como todos sabemos, mucho de lo que hacen y retratan las personas de este estilo de vida es de naturaleza muy sexual. Ya sea que se trate de blogs escritos, sitios webs, Fetlife, etc. o cualquiera que sea el caso, lo que encontramos más veces, que sean temas sexuales. Esto puede estar justificado hasta cierto punto, ya que la mayoría de las veces estas relaciones son sobre dominación y sumisión sexual. Sin embargo, creo que los aspectos de estas relaciones, fuera del ámbito sexual, son la base de lo que las hacen fuertes y sólidas. Son las interacciones cotidianas y normales de la vida sobre las que las personas construyen relaciones duraderas y no el sexo salvaje sin adulterar, aunque todos estamos de acuerdo, que es la parte divertida de todo esto.
Para mucha gente, parece ser fácil comprometerse en algún tipo de relación de intercambio de poder sexual. Sin embargo, cuando se trata de decisiones de la vida diaria, parece ser más difícil. Las personas parecen tener más dificultades para tomar o ceder el control en la vida diaria, que ceder el control de sus propios cuerpos. Para mí, personalmente como Dominante, parte de mis normas es que tengo la última palabra y el poder de tomar todas las decisiones. Quiero los puntos de vista, pensamientos y opiniones de mi pareja, y siempre los tendré en cuenta, pero, al final, tengo algo que decir. Eso no significa que quiera un control total, que soy demasiado dominante, o que sea mi manera, o nada de ninguna de las maneras. Simplemente, establecer los límites por los cuales nos comportamos. Esta regla es fácil de decir, pero es mucho más difícil de cumplir para ambas personas.
Hay momentos en que puedo tomar decisiones y ese es el final de la discusión. Sin embargo, la mayoría de las veces, no. Es una combinación de mi propia decisión y la de mi sumisa. No dirijo mi relación como una dictadura o como un régimen comunista. No quiero ni pretendo una sumisa sin sentido. Quiero a alguien que pueda contribuir a que nuestra relación nos haga mejores y más fuertes. Quiero a alguien que pueda pensar por sí misma y que también tome decisiones que nos ayuden a mejorar.
Renunciar al control de las decisiones que afecten a nuestra vida y que tendrán consecuencias a largo plazo, puede ser aterrador. Se necesita mucha confianza y respeto por la otra persona, y esto puede llevar mucho tiempo en desarrollarse. Por lo menos, decir, cuándo mi sumisa vendrá a mí para ayudarla a tomar las decisiones de su vida, puede ser muy gratificante. Me muestra la profundidad de lo que hemos fomentado juntos. Me muestra la verdadera sumisión que ella tiene hacia mí al permitir tomar esas decisiones por ella. Me muestra la confianza que tiene en mí para tomar las decisiones que pudieran afecta y alterar su vida a largo plazo. Esto podría estar relacionado financieramente, sobre una carrera o puesto de trabajo, una situación con una amiga, uno de los niños o cualquiera de los escenarios posibles. Ella sabe que, según la dinámica de nuestra relación, mi opinión tiene mucho peso y probablemente tendrá que seguir mi postura al respecto. Sin embargo, esto es lo que ella necesita y espera de mí. Este es líder que ella necesita que sea. Aun así, no solo le digo qué hacer, y nada más está permitido, sino que trato de equiparla con información para tomar una decisión informada por su cuenta. Un líder auténtico no exige, inspira.
Para un Dominante que vive este estilo de vida y conduce su relación dentro de una dinámica de intercambio de poder, en todos los aspecto de una relación y no solo sexualmente, la confianza y respeto lo son todo. Estos son atributos que se ganan. Por lo tanto, tener la confianza de tu sumisa en todos los sentidos de vuestra relación y tomar decisiones que potencialmente alteran la vida, es una gran satisfacción. Puede hacer que vuele hacia dentro con deleite al ver la profundidad que vuestra relación ha alcanzado y hasta cuán lejos habéis llegado juntos. Con esto viene un montón de responsabilidad. Debes asegurarte de estar preparado y capaz de llevar ese peso sobre tus hombros y vivir con las consecuencias de tus acciones. Éstas no solo te afectan a ti, sino también a tu pareja. Estoy más que dispuesto a aceptar esta responsabilidad. Después de todo, llegar a este punto es por lo que hemos estado luchando como parte del progreso de lo que ambos tenemos y necesitamos, o al menos, debería ser, como parte de la dinámica y de nuestra relación de intercambio de poder.
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