lunes, 14 de diciembre de 2020

¿Puedo ser Dominante?

Recientemente, recibí la pregunta anterior como comentario a un artículo que escribí no hace mucho. Le contesté en el blog y le pedí al comentarista anónimo que me enviara un correo electrónico, pues quería asegurarme de que lo había leído. Creo que es una buena pregunta y que surge con bastante frecuencia en los matrimonios. Entonces, ¿por qué no publicarla aquí y, con suerte, ayudar a algunas personas? El comentario dejado fue el siguiente: 

“Mi esposa y yo estamos pensando en hacer esto, pero no sé cómo empezar con este estilo de vida. No estoy seguro de ser un Dominante. Mi esposa parece pensar que lo soy. Entonces, ¿cómo empiezo a cambiarla?”

En primer lugar, es imperativo que usted y su esposa tengan coloquios sinceros y honestos sobre este tema, lo que ella quiere de esto y por qué. Sobre por qué ha decidido que necesita esto y lo que quiere conseguir y sentir de tí como su Dominante. También debe poder hablar con ella sobre sus preocupaciones y sentimientos. Este no es el momento para callar y ser hombre estereotípico. Ponlo todo ahí. Estoy seguro de que no fue fácil para ella acudir a ti con esto, así que dale tiempo y el respeto de expresar tus pensamientos sobre este asunto.

Antes de que puedas empezar, tienes que darte cuenta de que esto no es sólo sexo duro, hablar groseramente o azotarla. Puede involucrar esas cosas o las cosas que ambos elijáis, pues es mucho más. Es una forma de pensar. Es confianza y respeto en otro nivel. Se trata de que seas un líder y un guía para ella. Alguien en quien ella pueda confiar para tomar decisiones. Alguien, a quien ella pueda someterse para sentir su fuerza y control. Esto es muy mental y emocional y no sólo ser un mandón. Ser jefe es liderar, no dominante. Ser Dominante se hace con amor, cuidado y aprecio, y preocupación. 

Yo sugeriría empezar muy despacio. Empiece sólo en el dormitorio. Puede ser un gran cambio transitar de un matrimonio estándar a otro con intercambio de poder. Así que, tómatelo con calma para que los dos podáis moveros cómodamente y acostumbraros. Averigua cosas en el dormitorio que quieras probar, y hazlo. Quizás, una a la vez o quizás, más. Pero juega con ello, disfrútalo e intenta divertirte por encima de todo. Porque se trata de satisfacer las necesidades de cada uno de ustedes, mientras se pone una nueva capa en la mezcla. Procure tener también una palabra de seguridad. De esa manera, ella puede detener la sesión si van demasiado lejos, y así sabrá que, debe detener lo que sea que él esté haciendo. “Alto,” y “no” no son palabras seguras.

Retrocediendo un poco, dijiste que no sabías si podrías ser Dominante. Aquí es donde entra la comunicación. Vosotros dos necesitáis hablar y averiguar lo que ella piensa que es un Dominante en su mente. Asegúrate de estar en la misma página. Debes de ser capaz de hablar el mismo idioma y comprenderos el uno al otro. Averigua qué quiere ella de esto y lo que desea conseguir, y puedes decirle lo que también piensas y ves. Por sí mismas, estas charlas pueden ayudaros a acercaros mutuamente. 

Si tienes que hacerme preguntas más concretas, por favor, siéntete libre para escribirme. Estaré encantado en ayudaros todo lo que pueda. También le pediré a mis lectores y seguidores que agreguen cualquier cosa que piensen y consideren importante que me haya perdido. Esta podría ser una oportunidad para que muchos de nosotros ayudemos y contribuyamos a esta conversación. Así que todos, agreguen a esto y retomen algunas de las cosas que quizás haya olvidado o sugerencias para ayudar a esta pareja a ir por el camino correcto con lo que puede ser una dinámica tan hermosa.

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