Los
moratones no son mi meta y si tienes una sesión conmigo, tampoco deberían ser las
tuyas.
“Golpéame
hasta que veas los moratones.”
Frases
como ésta pueden matar un momento para mí. Especialmente, si es durante la
mitad de la sesión. Si eres lo suficientemente lúcida para pedirme que te haga
moratones, entonces, estoy haciendo algo realmente mal o tú estás demasiado
centrada en tu foto posterior.
Como
dominante, al azotar, la única cosa que está en mi mente, eres tú. Me estoy
asegurando de que, lo que compartimos, sea un disfrute mutuo. Quiero llevarte a
ese lugar donde dejas de pensar y, simplemente, te permites sentir. Donde puedas
dejarte llevar y perderte en las sensaciones.
Si tengo
que pensar en tu petición de marcas, me alejas de mi enfoque. Me alejas del
placer que experimento cuando te llevo a ese punto del subespacio. Me alejas
algo de la felicidad que siento, cuando te ayudo a conseguir y compartir esa
libertad.
Cuando tengo
una sesión, soy extremadamente duro. Siempre estoy buscando pistas visuales
para asegurarme de que mi pareja está segura. Escucho palabras a través de los sonidos
de angustia que me permiten conocer si ella ha recibido lo suficiente. Mi mente
necesita estar a punto en un cien por cien. Si estoy centrado en dejar marcas,
yo pudiera perder algo y ser descuidado. Nunca quisiera poner en peligro a una
pareja de sesión por eso.
Aquí
está mi decisión de dejar marcas…
Cuando
estoy teniendo una sesión, los moratones no son mi objetivo.
Dejar
marcas en tu cuerpo, no es un testimonio a mi habilidad.
Los
moratones no miden tu valor.
No
necesitas marcas para probar que has tenido una sesión.
Me
encantan las marcas. Me encanta provocarlas y hacerlas. Pero, si he tenido una
sesión dura, azotándola con una severidad extrema, y me alejo sin una pizca de
prueba sobre su piel, al menos, sé que he llegado a ese lugar donde puedo
encontrar la verdadera libertad en la intimidad entre dos personas. La sesión
no debe tratar sobre cuantas cicatrices de la batalla te llevas contigo, sino
los recuerdos maravillosos de los momentos compartidos con alguien más, con un
dominante.
Las marcas pueden no ser físicas, pero siempre deben de existir si es prueba de que una sesión ha sido fascinante y maravillosa...
ResponderEliminarCin
"Golpea hasta hacer un moratón", no soy D, pero se llega a dar el caso y a esa persona le señalo la puerta o le digo que se de así misma. Esa frase invita a los tantos supuestos "nuevos Amos" a perder el sentido de la realidad, el control y abusar de esa sumisa.
ResponderEliminarVamos por muy masoca que sea la gente.. Pedir hematomas es incluso utilizar al D...el spanking que personalmente es el momento de mayor entrega, fundirse con el D.. Me rompe los esquemas de lo que entiendo por Ds.
Paula
No me entra en la cabeza que una sumisa pida que le azoten hasta dejar ciertas marcas,aunque alguna habrá...
ResponderEliminarComo bien dice si ella está entregada al momento y disfrutándolo es muy difícil que pueda incluso en esos momentos saber lo que quiere.
Personalmente soy una mujer que hablo hasta por los codos pero cuando estoy sometida a mi Amo,no soy capaz de articular palabra alguna y mucho menos pedir marcas a la carta.
Saludos
Pensando una posible solución se me ocurre dejar a la ocurrente sumisa sola y a oscuras en la cama, que se tenga que levantar al baño, se de con el pico de la puerta en la espinilla y ya tiene hematoma.
ResponderEliminarPaula