Uno de sus
momentos de intercambio de poder preferidos, vino sin cuerdas, sin juguetes y
sin ninguna otra cosa maldita que tuviera reminiscencia del BDSM. Éramos sólo
ella, yo, y el poder que estuve sacando de su voluntad durante horas y horas.
La hice hacer cosas que estaban en contra de sus principios, y le impedí hacer
cualquier cosa que fuera natural para ella.
Cogí su
sexualidad, que la conocía desde un tiempo atrás, hacia adelante y a la inversa
y la puse en la direccion contraria.
A ella, siempre
le ha encantado la sutileza de la D/s, tanto o más que los momentos grandes y
perversos. Le gustaba el intercambio de poder sin sadomasoquismo. Cuando decidí
alejar los implementos y juguetes y todos los elementos, asociados por
naturaleza al BDSM, ella se quedó en el esqueleto del intercambio de poder, y
su atención se centraba, por completo, en eso. Es sensual, dura y
sorprendentemente carnal.
Su primer
dominante sabía cómo jugar por sí sólo con el intercambio de poder. Le
encantaba atar a una mujer en las poses más accesibles. Disfrutaba con sus
restricciones y juguetes, pero, no los necesitaba. Eran el brillo sobre la
superficie de las cosas. Eran la dominación y sumision las que guiaban la
relación, y era exquisita. Fue el mejor sexo que ella tuvo nunca. Fue tan
intenso que llegó a pensar que se había convertido en una adicta al sexo. Ella
no podía pasar ni un minuto sin desearme, y la razón de ello era, que eso era
lo que yo quería.
“Siempre
conseguía lo que él quería, pues lo hacía de una manera tan misteriosa que
todavía no la puedo definir. Inclinaba mi sexualidad fuera de la forma, pero
usted la ha transformado por completo. Usted tenía un control total sobre mí.
Aparentemente, me hizo suya sin esfuerzo. Es cierto que, en absoluto, hubo fuerza
física alguna involucrada. Pero, la habilidad con que usted lo hizo, me
desvaneció,”me escribió en su momento.
Ella tenía sus
juguetes favoritos. No la malinterpretemos. Los cinturones hacían que se
derritiera. Lo mismo ocurría con las pinzas, pero hay algo en el intercambio de
poder, que hacia que ella no tuviera necesidad de los juguetes, a los cuales
adoraba más que cualquier cosa. Es puro, es hermoso, y es tan potente como
follar.
Un dominante que
no comprenda esos matices, en absoluto, será
capaz de ser dominante de una mujer inteligente y de carácter. El
problema aquí es, que esa marca de dominación viene con principios lo
suficientemente rígidos como para empalar a un hombre inferior. La integridad,
la honestidad…, que suenan aburridas, pero que en una posición dominante, son
los tipos de rasgos que convierten a una sumisa, en una puta total.
No hay manera de
que un dominante cualquiera pueda conseguir ese nivel de control sobre este tipo
de mujer, si no la conoce a fondo, no
sabe todo acerca de ella, incluso, aquellas cosas que más la avergüenzan y,
ahí, está el problema. Ella no puede exponerse a una persona poco fiable. Es
por eso, por lo que la cambié por completo: Saqué la vergüenza de cada uno de
sus secretos y la dejé de esa manera de por vida.
Es usted un pervertido. Y lo más fascinante es que tiene mano y tacto para pervertir a su sumisa y al lector!
ResponderEliminarPaula
Y después? Qué pasa con ella después?
ResponderEliminarMe hace pensar en algo que escribí hace un tiempo y que me recuerda a una frase de un libro que leí y que considero muy acertada.
ResponderEliminarDedicar el tiempo a conocer a alguien en profundidad y poder sacar de esa persona lo que uno o esa misma persona en el fondo desea...
La clave de la humillación sexual no es obligar a alguien a hacer algo que no desea,
sino a inducirle a hacer cosas con las que sueña secretamente.
El Diario de una Sumisa
Sophie Morgan
Alguien puede explicar que es lo que ocurre con esa mujer después de que el dominante la haya consumido?
ResponderEliminarSupongo que es el punto de inflexión de ella misma. El resurgir cómo mujer. La liberación de su yo, verse entregada al D y libre a la vez. O así lo veo yo.
EliminarPaula
Ella se sintió muy orgullosa de su liberación...
ResponderEliminarSerá entonces que he visto demasiadas veces "Madame Butterfly"...
ResponderEliminarMe da la sensación de que para incursionar en el universo sado hay que tener la fortaleza mental de un jedi...
ResponderEliminarGracias por la respuesta
Anacoreta
Anacoreta, tampoco el blog se compone de relatos con principio y final. El caer cómo vainilla y renacer cómo sumisa pasa por eso... Dejarse hacer,abrirse al otro y que saque de ti lo que quiera o pueda.
ResponderEliminarPaula
Ya sé que no son relatos Paula, sigo el blog desde hace mucho tiempo.Y es cierto, no soy una sumisa aunque os comprenda bien, porque mi parte vainilla nunca podria superar el dolor de tener que separarse de una persona después de compartir una relación así. Sois unas valientes y teneis toda mi admiración. Gracias Paula!
ResponderEliminarY quien te dice que no puedas ser la sumisa de tu pareja? El Ds es una filosofía de vida q no está escrita, las reglas, normas,lo que sí, lo que no etc lo elige la propia pareja. Basta dejarse probar. El Ds no es un ven q te frio a azotes y te follo duro. Puedes comenzar con algo tan sencillo como desnudarte para el.. Que te prive de la vista y te tenga expuesta y tu no sepas que va a pasar y poco importa. Llega un punto q sale de ti el decir: confianza total. Haz lo q quieras. El ritmo lo marca la propia pareja. Como si le da por atarte y hacerte cosquillas y te diga al oído: Eres mi puta y voy a hacer contigo lo q me de la gana. Te puede pintar la espalda, andar alrededor tuya, hacerte trenzas en el pelo, decirte lo puta q estas.. Se trata en resumen de dejar de pensar y disfrutar. Deja q la mente maquine sola. Es más, a mi por ej mi ex me decía: pide cuanto necesites. Y era un suplicio. Porqué? Básicamente pq me daba vergüenza decírselo!! Asique cuando te llenas de valor y dices: quiero q me azotes.. Es liberarse. Es empezar a vencer miedos. Y veras que después, ves q coge un cinturón y piensas: más guapa estaba callada... A lo mejor te hace lamerlo, besarlo..te lo pasa por la espalda, tu ahí ya te puedes dar por fallada..q lo siguiente puede ser q te lo ponga al cuello y te diga: te azotare cuando lo merezcas. Y con el tiempo llegarás a desear q te de con el cinturón y así mil cosas más.
EliminarPaula
Es lo que usted quería y consiguió, una liberación en ella, de ella, por lo menos es lo que me provoca pensar al leer la exquisitez de su texto.
ResponderEliminarUn abrazo
No te has equivocado,Ame. Tienes una sensibilidsd muy fina y aguda...
EliminarSaludos