miércoles, 21 de diciembre de 2016

¡Ropas fuera!

A veces, las mejores sesiones y momentos vienen cuando nos desnudan hasta la esencia misma de lo que somos. Donde dejamos nuestros problemas en el otro lado de la puerta y entramos en una habitación que nos facilita un lugar seguro para explorarnos el uno al otro, nuestras perversiones y necesidades sexuales, con pasión y sin compromiso.

Donde, en esas raras ocasiones, dejamos la bolsa de los juguetes detrás y sólo tienes que usar la desnudez esencial que nos hace tan sólo dos animales sexuales, tratando de desgarrarnos el uno al otro, y todavía expresar una sensualidad, cual amantes, y unas sensaciones dulces, al mismo tiempo.


Es cuando nos despojamos de nuestras ropas, nuestros miedos y dudas y nuestras imágenes distorsionadas de lo que pensamos que somos y sólo ser lo que realmente somos el uno para el otro. Dos personas excitando locamente a la gente. Uno que quiere follar, besar, azotar arañar, abofetear y ahogar, y la otra que quiere recibir hasta que ella se corra una y otra vez, hasta que ambos estén drenados y agotados. Pero, todavía no será suficiente.


Nunca es suficiente.


A veces, tienes que desnudarte por completo, hasta lo más íntimo de tu carácter para comprender que el poder y el objetivo del juego, no es nada complicado para construirlo, sino la simplicidad de conocer las perversidades del uno y del otro y alimentar eso que otros niegan.

 

Es cuando nos desnudamos del todo y tiramos lejos todo lo demás, eso que, en verdad, puede ser conocido y crear un vínculo de unión muy poderoso.



3 comentarios:

  1. Llegando justo al magma, donde se es, en estado màs puro y salvaje y donde se forma esa unión poderosa y especial con quien te ha acompañado y/o llevado hasya ese punto.
    Todo un placer la lectura
    Un abrazo

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  2. Nunca es suficiente, señor.

    Cin

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  3. Nunca es suficiente, señor.

    Cin

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