Cuando perdemos a alguien que amamos,
hace un ruido. Empieza en el fondo y pronto es todo lo que se oye. Es un ruido
insoportable y nos destroza con sus gritos de dolor. Es un ruido que se asienta
en el tiempo, pero siempre está ahí, un leve murmullo que siempre nos recuerda
a quién hemos perdido.
El dolor de perdre a alguien es
ligeramente diferente de cualquier otro dolor que sufra alguna vez. En el peor
de los casos, te hará cuestionarte todo, incluso tu propia realidad. Porque, en
un instante, está allí, respirando, hablando, existiendo. El siguiente, se ha
ido. Reducido a nada más que cenizas y recuerdos.
La intensidad de ese dolor es tan
brutal sobre el alma que nada puede quitarlo al principio. Sólo te supera. Te
reduce a nada más que una concha de respiración, ahuecada por la desesperación
y el dolor. La única cosa que hace eco en tu corazón vacío es el sonido de la
pérdida que late cada momento que pasa, que eres plenamente consciente de que
ya no lo tienes.
Cuando perdemos a quienes amamos,
perdemos la oportunidad de hacerles saber una vez más cuánto significan para
nosotros. No hay un dolor más ruidoso que ese. El dolor de la pérdida es fuerte
y cuanto más has amado a la persona que has perdido, más fuerte será el dolor.
Por el ruido que escuchamos, nuestros corazones claman por aquellos que no
estábamos dispuestos a dejarles que se fueran.
Sí esta entrada le afecta de manera personal, mucho apoyo. Personalmente no me gusta decir 'animo'. Siempre me pareció un hombre bastante coherente.
ResponderEliminarPauladark
No,no me afecta personalmente. Es un caso que me contó ayer un amigo de una mujer que ambos conocemos. Creo que soy bastante coherente. Gracias por tu interés y por seguirme.
EliminarBen Alí
La coherencia iba ( aunque no me logre expresar con claridad) a que parece basa su vida y vivencias en este blog. Por supuesto cambiando, alterando nombres etc.. Por eso pensé que se trataba de algo q le atañe de manera personal.
ResponderEliminarPauladark
La perdida de un ser querido es...ese escalón de tu pirámide que jamás llegas a subir, siempre intentando llegar a el, quizás por la necesidad de sentir calma al dolor, pero, es y será siempre nuestro escalón pendiente...
ResponderEliminarConmovedoras palabras.
Un saludo.
Nunca se superar, siempre permanece en ese rincón de nuestra alma.
EliminarSaludos
Las perdidas son como las heridas en la piel, con el tiempo llegan a sanar, aunque siempre queda la cicatriz que será la que nos recuerde siempre que ahí hubo una herida...
EliminarQuizás no es necesario superarlo, sólo aprender a vivir con nuestro dolor como parte de nosotros.
Aunque ya es un paso grande el poder hablar de esa persona, compartir las perdidas nos hace de bálsamo para el dolor.
Un saludo.