Las palabras son baratas y fáciles,
pero lo que dan de su sumisión, no tiene precio.
Se somenten y las ordeno a mi
voluntad. Muchas veces, las encierro y me ruegan que las suelte. Pero les digo
que se callen y escuchen, y lo hacen, me siento en su silencio, me deleito en
mi propiedad sobre ellas.
A veces, pongo las palabras sobre el
papel, sumergidas en tinta fresca, así que puedo verlas sangrar a través de la
página. Me giro para verlas llorar. A menudo, se ponen celosas unas de otras y
no me gusta ser policía todo el tiempo. Las digo que soy el maestro y el
gobernante de sus mentes. Les doy significado, son sílabas ahuecadas sin mi voz
y narración.
La razón por la que escribo no es
sólo para mí, sino para dar placer a las palabras que libero, porque son mis
esclavas y me preocupo por ellas profundamente y no se puede mantener a una
buena esclava encadenada para siempre. A veces, hay que dejarlas fuera en el
mundo y que vuelvan a uno con un propósito y significado más profundo , pues
ellas son siempre tuyas y estas palabras son siempre mías.
Lo que escribimos es nuestro, pero cuanto de nosotros pertenece a esas palabras que dejamos fluir, a veces siento que son ellas las que llevan el control de lo que expreso...quizás mis rarezas me hagan sentirme esclava de ellas y no al contrario.
ResponderEliminarMe ha encantado haberle encontrar Sr.Ben Alí, iré leyendo poco a poco, pues me da la impresión de que hay un buen escritor detrás de estas "sus" letras.
Un saludo y gracias.
Estoy de acuerdo contigo y es un placer leer tus comentarios.
EliminarGracias a tí.
Saludos