domingo, 21 de junio de 2020

De los collares

Le encanta la sensación de las esposas alrededor de sus muñecas y tobillos. Cuando él envuelve las cuerdas a su alrededor, ella tiembla por todas partes. Una de sus sensaciones favoritas, al ser atada, es lo húmeda que la pone cuando la inmoviliza. Antes de que la toque, ya está preparada para Él. ¿Qué puede decir ella? La simbología de las ataduras la libera.

La pregunta que le hizo la semana pasada - ¿Te gustaría llevar un collar? -, ha estado dándole vueltas en su mente. Él reconoce que, una mujer proclive al protocolo, los collares significan algo más para ella que lo que significan para la identificación primaria de su dominante. Pues la idea de llevar un collar y liderarla, era increíblemente atractiva para Él y, por eso mismo, le planteó la cuestión. Ella le respondió que no lo sabía.

Esa noche, se puso junto a Él mientras dormía, a la vez que su mente, con pensamientos de collares e imposición y lo que estos términos significaban para ella. Siete días después, ella pudo empezar a poner estos pensamientos en palabras.

Para imponer un collar, hay que estar de acuerdo en que la sumisión pertenece a tu Dominante y no a nadie más. Y que se te diga que eres querida, deseada, amada y apreciada. Así, se formaliza y solidifica la relación D/s que hayas establecido entre tu Dominante y tú y se convierta en una expresión tangible de tu lealtad hacia tu Dominante y te reivindique.

Llevar un collar en espacios sensuales, es sentirse protegida y con la certeza de que los demás entenderán y apreciarán que tienes Dueño. Es un premio contra las indiscreciones no deseadas y una declaración tácita de que tienes a alguien observándote, listo para intervenir, en caso de que otros olviden tu sitio.

Llevar un collar en espacios vainillas, es tener un recordatorio de dignidad, orgullo y gracia, siempre presentes en ella. Cada acto mundano se convierte en una forma sutil de servicio, porque cada aspecto de su conducta, apariencia y comportamiento es una reflexión sobre la persona que valora suficientemente sus acciones como para reclamarlas como suyas. El collar, cuando se utiliza diariamente, casi se convierte en una corona.

Llevar un collar, cuando es la única cosa que ella tiene, es sentir el peso de su confianza en su Dominante y su deseo por Él. Es un reflejo de su belleza, cuando está sudorosa, despeinada y siente vergüenza por la máscara que cubre su mejilla. Sopla. Es un signo tangible de la conexión entre la sumisa y la persona que la domina.

Por lo tanto, “¿Te gustaría llevar un collar?”, le preguntó.

“Por supuesto, me gustaría llevar o usar cualquier cosa que usted me pidiera. Si le place una correa y me lleva, entonces, iré con correa y seré llevada. El truco, para mí, será separar el collar usado en las sesiones de la idea del collar usado como el símbolo más profundo que ha descrito antes. Ambos tienen su sitio en el mundo de la D/s. Lo importante es saber cuál estoy usando en un momento dado y por qué.”

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