sábado, 6 de junio de 2020

Perversión borbónica

La dama y sus doncellas se bañaron en el resplandor de su festividad sáfica. Una doncella emergió de debajo del vestido de su dama, con el cabello despeinado, y aún saboreando en sus labios el jugo de la fruta noble. Mientras que una había servido debajo del vestido, la otra, la doncella más alta había sostenido a su dama, acariciando su mejilla y mirándola fijamente a sus ojos. Sus narices se tocaban, su aliento calentaba las caras de las demás. Ella había observado a su dama en el curso de la petit mort, guiándola hasta la muerte, y su regreso. Las tres mujeres volvieron sus cabezas hacia el espejo, y las criadas desviaron la mirada de su dama. Sus bragas estaban empapadas por la anticipación de su partida, aunque sus ojos, de alguna manera, se acusaban mutuamente de intentar, por encima de todo, ganarse el afecto de la joven dómina.

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