¿Qué inspira a la
magia que hay entre dos personas?
No existe una
respuesta única. Los físicos persiguen su teoría del todo con pasión y vigor,
pero incluso una ecuación que explique la existencia fundamental de todo, nunca
resolverá el enigma de lo que hacen dos o más personas que interactúan
positivamente, y de manera tal, que estimule el crecimiento. Cuando se trata de
nuestros corazones, el conocimiento proviene de la experiencia y la experiencia
puede ser tanto una bendición como una maldición. Habrá buenos tiempos y
recuerdos maravillosos. Experiencias dolorosas y terminaciones horribles. Todas
las facetas exploradas revelan diez más y la reflexiones y refracciones
resultantes sólo pueden dar lugar a que nosotros profundicemos con más ahínco
en nosotros mismos.
No existe un
estándar para medir, ni leyes universales que estén de acuerdo, excepto los
principios del sentido común e, incluso, los que a veces nos fallan.
Sin embargo, a
veces me pregunto, si existe una economía de la interacción humana. Me parece
que la constante, la verdad infalible sobre las relaciones es que las mejores se
basan en una tasa saludable de intercambio. Las relaciones sanas que crecen,
hace que los involucrados prosperen. Una relación no puede existir en la
quietud. Algunas veces, debe moverse. Algo hay que dar. Algo hay que recibir.
Al igual que los países que salpican a nuestro planeta, hay una gran cantidad
de monedas: el amor, la empatía, la caricia, el sexo, por sólo nombrar unos
pocos. Estas cosas tienen diferentes valores para personas diferentes.
Valoramos lo
que sentimos que nos completa en el intercambio. Damos solamente lo que
comprendemos. Estos valores diferentes, a menudo, se convierten en una babel de
interacción emocional. Algunas veces, luchamos con la traducción.
¿Hay una moneda
universal? La experiencia me dice que existe. Se llama respeto. No estoy
hablando de los honores honoríficos o protocolos. Esos son otras formas de
moneda. Lo que estoy hablando es muy básico. Una apreciación de una persona
como él o ella sea. Un reconocimiento de su humanidad. Apreciando lo que ellos
aportan. Es una fundación de validación. La única cosa que todos necesitamos,
incluso, si nosotros no lo reconocemos directamente o comprendemos lo que
hacemos.
¿Obvio? Puede
ser. Seguro que algunas personas son ajenas. Para otras, creo que la idea de
este respeto básico es un tipo de moral imperativa. Existe intrínsecamente en
nuestro sentido de lo que es correcto o lo incorrecto en la comunidad. Aquí la
dificultad es que cuánto más tiempo permanece en los pasillos del pensamiento
arquetípico, podría pasar por alto y olvidar la expresión de ese respeto. Otras
veces, estamos tan inmersos en nuestros propios requerimientos, que se nos
olvida hacer entregas en las cuentas emocionales de nuestras parejas.
Comprender la
necesidad de mostrar respeto, sin importar la forma que tome esa expresión, es
particularmente importante en este estilo de vida. Gran parte de lo que hacemos
– en casi todos los modos – derriba nuestras paredes y nos deja raídos y crudos
nuestros corazones expuestos a los duros elementos de los cambios emocionales.
Y si mis
pensamientos están en cualquier lugar del campo de fútbol, de ser correcto, la
única cosa que podemos hacer, es mantener nuestro intercambio de respeto a la
vanguardia de nuestros pensamientos y acciones.
Debemos seguir
invirtiendo.
Respeta lo que
tu pareja está dando, lo que él o ella se pueden estar sacrificando. Respeta
las emociones que acompañan, el dolor soportado y la alegría expresada. Respeta
las fundaciones muy humanas que subyacen en todo.
Lo más
importante, expresarlo. En exceso. Porque en esta muy extraña economía
emocional que traiciona las reglas de cualquier otro sistema, nuestro mejor
camino hacia la riqueza emocional y la prosperidad, es dar más de lo que
recibimos.
Por favor,
tenga en cuenta que estos pensamientos sobre las relaciones en general y no
están destinados a hacer frente a las relaciones de carácter abusivo o
negligente. Gracias.