La necesidad y el deseo son dos cosas separadas.
Hemos sido programados para pensar que, sólo porque queramos algo, no
necesariamente lo necesitamos. Y, si necesitamos algo, no siempre es lo que
queremos.
La necesidad:
“Una condición o situación en la cual, algo debe ser suministrado con el fin de
una cierta condición para ser mantenida o conseguir un estado deseado.”
Ella necesita ser azotada.
Querer: “Tener
un sentimiento muy fuerte por algo. Desear (poseer o hacer algo); desear
mucho.”
Ella quiere ser azotada.
Ambas cosas tienen un deseo en común. Si deseamos
ambas cosas, ¿por qué no vamos a tener las dos? ¿Por qué no pueden ambas cosas
convertirse en una sola cosa? ¿Por qué no pueden convertirse en nuestro deseo?
El deseo es una palabra mucho más sensual.
Ella desea ser azotada.
Para ella, la necesidad y el querer se funden en una
línea gris muy borrosa y difusa. Una línea que empieza a tararear en su mente.
Un zumbido sordo y palpitante en su tímpano. No es incómodo. Sólo se está
haciendo conocer. No quiere ser olvidado. Es esa línea borrosa.
Si la necesidad y el deseo pudieran ser coloreados,
una sería de rojo y el otro, de azul. Mezclados ambos, se convertirían en
púrpura. El color más deseable en su paleta.
Así que, ahora, ella lo deseará. No, no lo quiere,
ni lo necesita. Lo desea.
“Deseo ser amada. Deseo ser propiedad de alguien. Deseo
sus caricias. Deseo sus besos. Deseo sus azotes. Deseo todo lo que pueda
darme.”
Amén :)
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