domingo, 16 de abril de 2017

La sensación de una dominación auténtica

Entra en la habitación oscura. Tus ojos intentan adaptarse, pero eres incapaz de verme. Sientes mi presencia detrás de tí. Sientes la venda de tus ojos, como si se deslizara sobre tus párpados y bloqueara tu visión. Sientes que tus otros sentidos aumentan para compensar tu pérdida de visión.

 

Sientes mis manos fuertes y experimentadas agarrando tus hombros y sientes el toque eléctrico de mis dedos, mientras bromeando suben y bajan por tus brazos. La madeja de cuerdas en mis manos te arañan con dureza, pero, seductoramente sobre tu piel, te presiono forzadamente para que te arrodilles.

 

Sientes que la piel de gallina se está formando sobre tu piel, mientras la lujuria y el deseo de lo externo – no obstante, familiar -, empieza a hacerse cargo de tu imaginación y tu cuerpo comienza a responder del mismo modo.


Sientes que tiro con fuerza de tus muñecas hacia atrás. Sientes que tiro de tu pelo y muerdo tu cuello y tu garganta expuesta. Intentas luchar y presionar, pero no hay rivales para mi fuerza primaria, cuando la lujuria y el deseo me llevan a dominarte. Te controlo. Te poseo. Sientes la presión de la cuerda, mientras ato tus brazos y separo tus piernas con vigor.


Oyes el sonido de mi respiración agitada, mientras comienzo a excitarme. Sientes el fuego de mis manos, mientras empiezo a excitarme por el control de tu cuerpo y tu mente, y quieres que te toque por todas las partes que estoy deliberadamente evitando.


Quieres que te empuje hacia adelante y, como un juguete, llevarte al borde del auto control. Quieres que te presione hasta el límite. Quieres que me detenga. Quieres que continúe, quieres que pare de nuevo. Quieres que te lleve hacia un viaje. Un viaje que asusta, pero te excita. Un viaje sin destino fijo, sin ningún fin conocido.


Quieres sentir mi verga dura, y palpitante, empujando contra tus labios. Quieres sentir mi mano férrea contra la parte posterior de tu cabeza. Quieres sentir mi pene forzando tus labios fruncidos para abrirlos. Quieres sentirte sin aliento, mientras presiono tu boca para penetrarla. Quieres sentirme en el interior de tu garganta. Quieres saborearme. Quieres que te muestre lo que significa pertenecerme.


Quieres sentir mis manos alrededor de tu garganta. Quieres sentir mis dientes hundirse en tu carne. Quieres sentir el picor de tener tus pezones pellizcados. Te quieres sentir impotente. Te quieres sentir descontrolada. Quieres que ejerza mi dominación. Quieres que te muestre lo que, de verdad, le gusta a la masoquista y a la sumisa, sentirse indefensa y poseída.

 

Quieres que te ponga en el mismo límite. Quieres que juegue contigo hasta que estés rogándome. Quieres que te permita orgasmar. Quieres que te fuerce hacia el orgasmo. Quieres rogarme que me detenga. Quieres seguir adelante. Quieres que me detenga de nuevo. Quieres llorar y sollozar y estar indefensa. Quieres estar a mi merced.


Quieres que te coja todo lo fuerte que pueda. Quieres sentirte totalmente fuera de control. Quieres sentirte poderosa frente a mi dominación. Quieres sentirte sin aliento, poseída y controlada. Quieres sentir lo que se siente al estar a merced total de alguien tan fuerte, experimentado y dominante.


Y luego, quieres que yo sea amable. Quieres experimentar los cuidados reales posteriores. Sensuales, seductores, un tratamiento posterior satisfactorio. Una sensación de agotamiento total, de satisfacción total y sumisión total. Una sumisión absoluta a mí. Quieres sentir la experiencia de una dominación real. Ser dominada, de verdad. Quieres sentirte totalmente poseída, con dueño, incluído. Quieres… no. Tú necesitas la sensación de ser totalmente conquistada.

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