A veces,
ella solo quiere follar. Te dirá que quiere algo significativo. Pues, al cabo
de unos días, sólo quiere una liberación. Todo sobre las sábanas, como todas
las demás.
Te dirá
que es un asunto íntimo para ella. Pero, algunos días, sólo quiere una mano en
su garganta, y otra mano, en sus bragas. Desgarrándolas con impulsos primarios,
para encontrar la humedad que dice. Que tiene toda la razón en el objetivo,
para saber realmente quien es ella, lo cual, a veces, es justo. Una sumisa
cachonda que tiene que aprovechar su propio instinto animal. La que necesita
ser penetrada, la que no deja salir de su jaula.
Y no le
importan todos los demás. Los otros amantes, que son más guapos, o más ricos, o
más delgados, o son más cachas, más sexy, o más saludables, pues ella solo
quiere una verga dura.
Ahí… lo
dijo.
Ella no
tiene el problema del trabajo como excusa. No tiene que levantarse temprano.
Sin niños. Sin tareas, pero te dirá que lo tiene todo en marcha.
Sé más
inteligente. Sé más audaz.
A veces,
solo necesita que la cojas, porque no está dispuesta a renunciar a ello. Te dirá
que quiere una relación, pero la verdad es, que sólo quiere ser penetrada. Ella
se someterá cuando ya la hayas dominado. No se va a entregar fácilmente. Ni incluso,
aunque ella lo desee.
Así pues,
házlo con virilidad, si quieres. Échala contra la pared. Rásgale su camisa
limpia. Desgárrale el encaje a pedazos. Cógele todo. Porque, en realidad, no
sabe cómo decirte que señales el blanco…
Pues
ella, sólo quiere fornicar.