La próxima vez que
yo diga que se arrodille, ella será mía.
La próxima vez que
mis manos encuentren su carne, ella será mía.
La próxima vez que lleve
las magulladuras que le dé, como joyas que acabo de comprar, ella será mía.
La próxima vez que
termine, no voy a estar en la cima, voy a ser su dueño en el momento, y más
allá. Porque ella será mía.
La razón por la que
no quiero jugar casualmente es, porque no quiero ser sólo una parte de un
tiempo parcial para una sumisa de tiempo parcial. Quiero ser el Dominante que
soy capaz de ser, porque cuando lo soy y dé mi todo a la dinámica entre
nosotros, entonces, ella será mía.
Los tiempos parciales no permanecen ni pertenecen. Pero que hermoso es saber que hay momentos y personas que son eternos, imborrables e infinitos. Esos momentos y personas se cuelan como el agua en grietas, inundando, y quedan para siempre, como un mar tranquilo en nuestra psique y corazón...:). A.
ResponderEliminarSi
ResponderEliminarBuenas tardes.
ResponderEliminarTres palabras...
El poder de su palabra es más que contundente... y el brío que reverbera de su interior conmueve.
Me ha emocionado muchísimo sus palabras.
ResponderEliminar