Ella me dijo que escribiera algo sexy,
sobre lo que le haría cuando nos volviéramos a ver de nuevo.
He aquí una idea:
La saludaré con flores, rosas
clásicas. Ella siempre se ve bien en rojo. La abrazaré y lo haré con fuerza. Le
diré que tengo que contarle un secreto y me inclinaré hacia su oreja y, en vez
de decirle cualquier cosa, la besaré. Ella me observará con una sonrisa y harè
que sonría, y ambos seremos dos tontos sonrientes.
Hablaremos. Como, por ejemplo, hablar
seriamente sobre lo que ella hizo, cómo está sintiendo, sobre los problemas con
los que está tratando, sobre los buenos momentos que ha tenido y todo lo demás.
Y lo que es más importante, escucharé. La escucharé. Le ofreceré mi opinión, si
la necesitara, tal vez, bromeraré con ella para llevar un poco de alegría a la
conversación. Pero escucharé sin pensar en lo que quiero decir. Escucharé como si
sus palabras importaran, porque lo son.
Reservaré una mesa en un restaurante
que he estado queriendo ir. Las puertas se abrirán, las sillas serán sacadas y
vamos a compartir una comida exquisita de alta cocina. Pero, la cosa más
deliciosa en la mesa, será ella, la abrazaré. Permitiendo que mis ojos la miren
y llegar a las formas sensualmente más sádicas de hacerle daño, como que se
corra repetidamente por mí, cuando volvamos a su casa y nos encontremos
desnudos, sin ropa, excepto nuestros deseos más profundos.
Me aseguraré de que ella sepa que es
hermosa, no sólo que lo piense, pues lo sabe, porque mis ojos y palabras
hablarán con tal convicción, que ella no podrá negar la verdad de su belleza. Lo
sentirá, porque la envolveré en su propia hermosura, y me acurrucaré en ella,
donde el calor de mi alma forjará la verdad dentro de su ser.
La confortaré, la respetaré y la
trataré con honor y dignidad, pero lo haré todo, mientras siga siendo un
desagradable y brutal bastardo de seducción, que ciertamente, lo soy.
Sexy es un montón de cosas. Me
encanta ser sexy y sensual. Me encanta cuando ella se pone transfigurada por mi
energía que, literalmente tiene que pedirme el arrodillarse con mis manos sobre
ella, para hacer lo que yo desee.
Al verla, una vez más, le voy a hacer
muchas cosas, pero todas serán coloreadas de honestidad y afecto.
En verdad, no hay nada más sexy que
eso.
(Suspiro)
ResponderEliminarComo me gustan las cosas sexys... :D. A.
ResponderEliminarMe quedo con esta frase, Sr.Ben Alí...
ResponderEliminar"Me acurrucaré en ella, donde el calor de mi alma forjará la verdad dentro de su ser."
Las fantasías también pueden ser sexys y en este caso yo diría que muy románticas.
Un saludo y buen día.