lunes, 14 de agosto de 2017

Sin dolor, sin pensar

Me encanta ser capaz de crear una sesión, en la que el dolor que estoy infligiendo ya no sea tan doloroso. Donde ella esté consciente, pero ya no piensa, sólo reacciona. Donde su respiración pesada, es el único sonido que ambos estamos escuchando con atención y es intensamente seductor. En ese momento, en el que ambos hemos ahondado a través de nuestras energías colectivas, mezclándolas, dejándonos reducidos a nada más que a unas manos de carne colisionando. Estando atada firmemente en un momento de entrega mental y física.

Para hacerla gemir, lloriquear y suplicar con un tono serio de deseo, que suena desesperado por el momento, para continuar e intensificar. Donde ella pudiera sentir cada centímetro de su carne y poseer completamente su naturaleza sexual. Sentir su humedad, mientras su excitación sea imposible de esconder. Un momento, que la permitiera poseer cada pensamiento tabú que ella siempre tuvo dificultades para confrontar y encontrar, y otros nuevos por descubrir.

Me encanta mirar tan profundamente a sus ojos, que no se atreven a pestañear, porque ella se centra en cada orden mía, cada palabra mía e incluso mi tono severo, donde no suena mal para ella, sino como el mundo debe sonar, perfecto para ella en sus oídos y obedeciendo a cada palabra mía.

Un momento, donde abofetear su cara es aceptable, donde empujarla hacia un rincón y levantar su camisa para azotarla con dureza, sólo minutos después de decir “hola,” es perfectamente natural. Un momento, en el que puedo hacerle daño y acariciarla en una integración tan perfecta, que su cuerpo deja de anticiparse y se pierde en ambas sensaciones. Un momento en el que el dolor se convierte en placer, sus pensamientos se convierten en un silencio sereno y ambos nos convertimos en dos seres sensuales reducidos a la carne que se complace de la manera más carnal.

Un momento, en el que lo único que importa son las acciones que realizamos, que están siendo creadas por nada más que mi mente creativa y mi naturaleza primitiva y dominante.

4 comentarios:

  1. Un momento especial que se disfruta totalmente cuando se está preparando, que se disfruta totalmente cuando está sucediendo, que se disfruta totalmente cuando ha pasado, porque en realidad no pasa, se queda en la piel, en la mente.
    Sensualísimo ese brote primitivo del ser, porque es tan íntimo.

    Dulce noche, un beso

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  2. Buenas tardes.

    Instantes de magia, donde el cuerpo, el pensamiento, el Alma, se hacen la extensión el uno del otro, momentos donde ambos encuentra unánime conexión y pueden traspasar esa línea que separa el dolor del placer y se fusionan en el innato gozo del instante...

    Sus letras vibran.

    Un saludo.

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  3. ¿Lo ve? No sólo lo digo yo... Sus letras tienen algo más.

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