martes, 8 de noviembre de 2016

La cosa más excitante que el sexo perfecto, es no tener sexo

Ella no tiene ni una traza de puta del dolor. Su masoquismo viene de otras maneras, pero no estaba segura de que la castidad pudiera ser una de ellas, dado que hay mucho placer en la misma, ya que es una angustia. Ella no ha explorado todos los caminos de perversión en los que se puede jugar, pero lo que ha experimentado ha sido más que suficiente para comprobarlo. Se sentiría muy decepcionada si tuviera que vivir el resto de su vida sin la castidad. La cual es una cosa extraña para alguien, tan enganchada al sexo como ella, quien lo tenga que decir.

Hablar de este complejo es bastante intimidante para una novata, pero usted y ella se están pegando ahora mutuamente para instalarla en sus vidas.

Esta preciosa lucha interna es una parte fundamental del intercambio de poder que emana de una relación D/s cuando la sumisión se gana con demasiada facilidad y dicha sumisión no es lo suficientemente desafiante. Esto la aleja bastante de una posible patada de la sumisión, ya que se siente siempre como sumisa.

Pero, tener relaciones sexuales fuera de la mesa o mantenerlas sobre la mesa, es suficiente para intensificar la lucha y que el intercambio de poder se mueva otra vez. Se tiene la oportunidad de explorar terrenos de juego más intensos e interesantes.

La castidad es una dinámica muy interesante. Ella puede soportar mucho dolor, pero, en absoluto, lleva bien la falta de sexo. Esto la saca de quicio y es, por qué sus dos dominantes han llegado naturalmente al mismo sitio con ella. Se dieron cuenta de que si realmente la querían hacer sufrir, ellos tendrían que quitarle su adiccion favorita: el sexo.

Pero algo extraño sucede, cuando ella permite que la tortura de la castidad la atormente el tiempo suficiente. Esto se torna en el placer más sublime imaginable. Es como correr un marathon. Desde el principio, el agotamiento es doloroso, pero luego, se rompe en una altura increíble. Una vez que ella se ha movido más allá de la fase de tortura, se hace hipnótico. Es una especie de grado bajo de alta sexualidad que impregna cada hora del día. Tratar de trabajar y funcionar como una persona normal, sentirse de esa manera es como vivir toda su vida, a través del predicamento de las ataduras, una situación inteligente y mal configurada. Y es jodidamente delicioso para ella.

Ella consigue estar fuera de servicio sexualmente. Ella no ha encontraro una manera mejor de escalar la dinámica que ser obligada a servir y no recibir nada a cambio. La clase de obediencia que demanda de ella depende completamente de su dominante.

La castidad no es una cosa superficial. La castidad lleva a la mujer, como pareja, a un espacio profundo. Se centra tan intensamente el uno en el otro que toda su relación se convierte en una cosa nueva. Las emociones y sentimientos de ella se vueven hiperactivos e hipersensibles, lo que hace que la intimidad se sienta más profunda.

La única cosa más sublime es que la castidad se está rompiendo y, sólo hay una manera de llegar al otro lado de ese paisaje onírico particular, pasar en primer lugar por la tortura,  por el dolor.

Ella me ha hablado de esto bajo un punto de vista monógamo, porque es todo lo que su experiencia le permitía.

3 comentarios:

  1. Hace relativamente poco tiempo que estoy en la Ds y hace bastante más que deje de buscar razón a todo. Puedo ponerme en la piel de esa sumisa, encontrar placer cuando te quitan aquello que más te lo aporta.
    Si me privaran de la música... No lo quiero ni pensar.. Y a la vez, ya estoy visualizando canciones, cantantes, conciertos.. Seguiría alimentando mi mente y encontrando placer.
    El ver que eres capaz, es cuando tu mente se adelanta y te rompe todos los esquemas. No hay lógica. No hay razón. Como sumisa novata, me encanta llegar al punto de dejar de pensar. Es entonces cuando mi mente rompe esquemas y piensa por mi.

    No sé si me explico o lo estoy liando más.
    Paula

    ResponderEliminar
  2. Y quizás sea por ese motivo: los estadios de la mente que nos rompen los esquemas, que no sea fácil reconocerse cómo sumisa y menos aún que alguien ajeno te pueda llegar a comprender. Es necesario ponerte en manos del correcto D y sea capaz de romperte cómo a un puzzle, volverte a armar y percibir otra imagen que ni sabias que estaba presente en tu ser.

    Ps. No encuentro en el blog un tema que fue clave en el deterioro de mi relación: el desgaste emocional que supone el Ds y cómo, si es que es posible, hacer frente a el.
    Paula

    ResponderEliminar