domingo, 6 de noviembre de 2016

Dolor y placer

Ella ha estado profundizando sobre la conexión entre el dolor y el placer, la necesidad de sentir el dolor (no ser dañada, sino herida), y la conexión entre el dolor y la sumisión. En pocas palabras, ¿por qué la gente disfruta recibiendo dolor y por qué lo quieren hasta el punto de desearlo? Sólo puedo hablar desde la perspectiva de un dominante y su papel en la sociedad, así que éste es el enfoque que voy a tomar para tratar de comprenderlo desde el punto de mira de una sumisa al recibirlo y de conversaciones que he tenido, bajo mi rol de dominante, azotando a sumisas.

A pesar de la modernidad en todos los ámbitos, crecemos en una sociedad de represión sexual. En nuestros primeros años, nos enseñaron que ser sexualmente activos nos hacía unos golfos y degenerados y a las mujeres, también activas sexualmente, las hacían putas, zorras o cualquier cosa degenerada que se pudiera imaginar. Les enseñaron que el sexo estaba reservado para el matrimonio. Les enseñaron que, si tenían múltiples parejas, les gustaban jugar con los hombres, y que las conexiones, entre una mujer y un hombre - se hacían solamente una vez en la vida. A las niñas, se les enseñaban muy jóvenes de que no eran una persona tan especial para todo el mundo. Y la búsqueda se centraba en encontrar al “uno.”

Se oye decir a las mujeres que quieren un “buen chico” y se oye a los hombres decir: “De acuerdo, yo las trato bien, pero ellas siempre vuelven con los “hombres malos.”

¿Por qué pasa esto? ¿Por qué los hombres “buenos” sienten que no pueden ganar en el juego del amor? Se oye decir a los hombres que ellos quieren a una dama en la calle y a una puta entre las sábanas. ¿Por qué es esto?

En el núcleo del ser de las mujeres, incluso, en sus cerebros, existe la hembra primaria. Ellas pueden sentirse muy bien suprimiendo lo externo, pero también quieren experimentar la liberación de esa persona primaria. Quieren y buscan el control y, también, la liberación. Ellas quieren ser la chica “mala” o la chica “guarra” entre las sábanas. Las mujeres sumisas quieren a una pareja dominante para que la domine, porque han descubierto que el sexo primario y tosco es “divertido.” En las mentes de ellas, la idea de ser presionada contra una pared y cogida con pasión, es muy atractiva. Pero esto, aún no da una respuesta a ninguna pregunta sobre el dolor. ¿Por qué la gente necesita el dolor? Las relaciones D/s no van de la mano con el dolor, ya que no todos los dominantes son sádicos y no todas las sumisas con masoquistas.

El dolor puede ser condicionado para ser disfrutado, como cualquier respuesta pudiera serlo. Si se asocia la entrega del dolor con una estimulación sexual, entonces el cuerpo y la mente empiezan a asociar a los dos. La estimulación sexual reduce el dolor de una bofetada o el impacto de cualquier implemento. Si el cerebro tiene que escoger entre dolor y placer, elegirá el placer. Ella empieza a asociar el dolor y el placer. Las chicas “sucias” son castigadas… y los hombres “malos” son los únicos que las castigan. Un azote en el culo es bastante excitante. Frotar el clítoris de una mujer, cuando el hombre “malo” lo hace, es más excitante.

“He sido una mujer mala, azóteme, por favor.” ¿Follarla y azotarla al mismo tiempo? Las sacudidas de dolor mezcladas con el placer son súper, súper excitantes. Ella quiere que él la ponga en su sitio, que abofetee su cara, que la fuerce para que se arrodille y que la bese…ufff… eso es muy excitante para ella. Este es el argumento que da vida a las fantasías de las mujeres, y que las valientes y atrevidas, quieren conseguir llevarlos a sus propias vidas. Se dice que la mujer confía lo suficiente en él como para permitirle que saque y muestre la parte más oscura de ella, y no sólo la que ella muestra al mundo. Es el poder, la sumisión, la intimidad y la complicidad, todo al mismo tiempo. EXCITANTE.

Para muchas de las mujeres con las que he hablado, el dolor, los azotes y las bofetadas son como una liberación. Pueden ser los precursores de un grito. Hay momentos en los que los pensamientos están revueltos, la persona no puede pensar con claridad y los azotes “despejan mi cabeza,” me dijo. Ellas necesitan estar centradas o, incluso, liberar un grito. Creo que recibir dolor provoca un estado de claridad mental debido a varias razones:

·               El cerebro se centra en el dolor y, al absorberlo, bloquea todas las demás salidas.
·               Una vez que las endorfinas se liberan, la mente se aquieta y llega a un lugar de paz.

Cuando una mujer pide lo que desea fuera de la sesión y oye esto, el espacio que estoy creando para ella, es un espacio de claridad, centralizado y de liberación. No hay insinuación a la actividad sexual.

¿Qué es lo que disfruto cuando causo dolor? Disfruto el desafío de la entrega precisa del dolor, de tal manera que les ayuden llegar a dónde ellas necesitan estar. Las mujeres se entregan en cuerpo y mente, mostrando su confianza en el dominante para que la lleve a ese lugar de liberación que buscan y desean. Hacerles daño de la manera que lo necesitan para ser heridas sin causarles daño. Llevarlas a un lugar de paz, dentro de ellas mismas, es increíble. Cuando empiezan las lágrimas, sé que estoy derribando sus paredes y defensas. Si puedo llevarlas hasta allí, lo que empezó como tocar fondo en una sesión, se ha movido hacia un estado de sumisión en el que han bajado sus defensas y han dejado de luchar con sus pensamientos. Su mente ha cedido. Ellas se someten a la paz y la quietud, y al placer.

Luego, está la relación con el dolor y la sumisión entre el dominante y la sumisa. Es parte de la conexión entre ambos. Este escrito lo tenía guardado desde hace mucho tiempo. Creo que ahondaré sobre este tema en otro artículo aparte.

2 comentarios:

  1. Ahora entiendo lo de las necesidades primarias...

    Y soy una chica mala... 😋

    Me aterra que pasen de mis,según yo, límites. Pero deseo que mi señor siempre lo haga.

    Cindy

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  2. No percibo dolor cuando me azotan. Si fuera tan sencillo, no disfrutaría el spanking que me puede generar un estado de relajación absoluta, dejarme totalmente excitada y hasta llegar a correrme, encontrar un estado de paz que no encuentro en ninguna otra parte.. Y por supuesto dolor y sensación de mi ser si es un castigo.

    No es dolor, es estar en contacto con mi Amo, entregarme y poder deshinbirme por completo. Es él quien decide donde cuanto, cómo y el propósito.. Es gracias a todo eso que puedo obtener del supuesto dolor, sensaciones que no obtengo en ninguna otra parte.
    Paula

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