domingo, 28 de febrero de 2021

Siempre húmeda

Él aparta el pelo de su cara y lo engancha detrás de su oreja. Con una mano, inclina su barbilla hacia arriba y con la otra, la acerca más a Él. El calor de su tacto en la parte baja de su espalda confunde a su cuerpo, e instintivamente, ella se recuesta en su tacto, pero todo esto hace que él se acerque más a ella.

 

El tirón de su pelo es agudo, la hace jadear. Mientras Él aplica presión, la única defensa de ella es doblar sus rodillas. Ve su sonrisa parpadear en sus labios, mientras lentamente la hunde más y más abajo, frente a Él, hasta que al final, ella está arrodillada ante Él. Le suelta el cabello, pero mantiene su cabeza hacia atrás. Sus ojos nunca dejan a los de Él.

 

Él desabrocha la cremallera de su pantalón.

 

Ahora, la boca de ella anhela algo diferente. Ya no espera a besarse, ahora espera a ser llenada. Puede sentir la saliba inundar su boca. La vista de su falo a pocos centímetros de su cara, le provoca el hambre para ser alimentada. Ella abre su boca de par en par, suplicándole en silencio que la use. Mientras lo hace, una gota de humedad cae de su lengua.

 

“Siempre mojada,“ ella le escucha murmurar.

 

Y tiene razón... pues cuando piensa en Él tocándola, siempre se humedece.

 

Sus labios casi tocan a los de ella, están tan cerca que puede sentir el calor de su aliento en ellos. Quiere que la bese. Ella cierra los ojos con anticipación...

 

El beso no llega.

sábado, 27 de febrero de 2021

Abrazando a tu "monstruo sexual"

Me pregunto cuántas personas mantienen sus deseos y fantasías sexuales más salvajes y sus problemas ocultos en el armario, incluso de sus parejas compañeras de vida. Sospecho que la mayoría de la gente en el mundo e, incluso mucha gente en Fetlife, ocultan aspectos de su sexualidad a sus parejas. Mucha gente está secretamente sola online, tratando de comprender sus propios impulsos, deseos y fantasías de sus parejas.

“Qué buena chica…”

Sospecho que la mayoría de la gente reprime su verdadera sexualidad, deseos y fantasías (sexo anal, bisexualidad, voyerismo, exhibicionismo, trío, ataduras, intercambio, etc.) temiendo ser rechazadas o humilladas por la gente que más aman. No se sienten lo suficiente seguros emocionalmente para exponer por completo su sexualidad. La intimidad emocional se basa en la confianza. Surge la pregunta, ¿por qué no confiamos lo suficiente en nuestra pareja para ser totalmente honestos con nuestra sexualidad? 

“Cometí ese preciso error al casarme con una mujer encantadora, pero una mujer vainilla que no era segura, aventurera o altamente sexuada. Perdí 20 años de mi vida siendo infeliz y reprimiendo lo que realmente era sexualmente. Anterior a mi matrimonio, yo fui sexualmente muy aventurero durante mis años universitarios. Pero, literalmente pensaba que yo necesitaba “sentar mi cabeza” después de graduarme en la universidad. Mi frustración sexual creció con el tiempo, luego busqué online amistades y discusiones sobre varios temas sexuales que eventualmente me llevaron a una aventura con una mujer que encontré online que, a su vez, era muy aventurera y sumisa sexualmente. Ella me permitió volver a explorar y expresar por completo mi sexualidad dominante. Aunque tuve la oportunidad de explorar mi sexualidad, todavía estaba viviendo una vida fracturada (una vida pública y una vida sexual secreta). Una vez que me divorcié, abracé completamente mi sexualidad.” A raíz de este escrito que me envió un anónimo, surgió este artículo.

Una pareja de vida, que realmente te ama y acepta que quiere hacerte feliz y exitoso en todos los aspectos de la vida (física, emocional, sexual, financiera y profesionalmente), permitiéndote llevar una vida unificada, donde todas las necesidades se satisfacen en una relación amorosa de pareja. Sólo, una vez que aceptas por completo quién eres realmente, (incluidos todos tus deseos sexuales, fantasías y perversiones) estarás listo para encontrar la felicidad duradera, porque, al final, aceptas quién eres sin miedo, culpa o vergüenza. 

Reprimir tus deseos te llevará a una “fuga emocional.” Si tu pareja actual no te acepta por tus deseos sexuales, el reprimirlos no te dará una felicidad duradera. Es simplemente una estrategia de afrontamiento, para hacer frente a la situación inmediata. Tu sexualidad es una parte fundamental de quién eres. No puedes ignorar tus deseos y no siempre podrás reprimirlos.

Con el tiempo, tus deseos volverán a surgir en una especie de “fuga emocional,” forzándote desesperadamente a buscar una aventura secreta o dejar tu relación para empezar una nueva, que satisfaga plenamente tus necesidades. Si tu pareja te rechaza ahora por tu sexualidad, entonces, eres libre de conocer a una nueva pareja que sea segura en lo sexual y lo suficientemente abierta, como para aceptar quién eres por completo. 

En los cursillos de formación de vendedores, hay un viejo refrán que dice: “No” es la segunda mejor respuesta que un prospecto puede darte. Porque te permiten dejar de perder tu tiempo y pasar a otros acuerdos que realmente podrías cerrar. Pues es la frase el “Puede ser” la que te encadenará para siempre y la que te matará. Creo que lo mismo ocurre con las relaciones. Hay muchos peces en el mar, y varios están buscando un pez pervertido como tú.

viernes, 26 de febrero de 2021

Tóqueme

 Once días para el final…

 

“Estimado Señor…”

 

“¿Quieres correrte para mí, sumisa?”

 

“Sí, Señor.”

 

“Entonces, ¿por qué estás sentada ahí con las piernas tan apretadas?

 

“Hummm…”

 

“Córrete ahora, ábrete para mí…” él ronronea.

 

Ella separa un poco las piernas y se apoya sobre los codos.

 

“Más separadas, vamos, muéstrame tu coño bonito.”

 

Sus palabras la excitan y responde, sus piernas se abren más… “Mmmmmm, un coño tan hermoso y húmedo. ¡Qué buena zorra! Ahora frótate el coño para mí.”

 

Durante un momento, ella duda y levanta sus caderas ligeramente, ofreciéndose a él. Éste le sonríe y dice: “Pronto, pues quiero verte primero. Ahora, hazlo por mí.”


Sus dedos recorren su estómago y el montículo de su pubis rasurado, y hurgan entre sus delicados pliegues para encontrar ese trozo de carne dura y anudada. Mientras lo roza con el dedo, su vagina se contrae ligeramente con la caricia, pero, pasa los dedos más hacia abajo hasta encontrar su abertura. Ella ya está chorreando humedad y él saca esa humedad pegajosa, de nuevo sobre su coño, y cubre su clítoris palpitante con ella.

 

“¡Qué buena zorra!” le gruñe. “Ahora ingéniatelas para correrte para mí.”


Él presiona su clítoris más fuerte y lo hace rodeándolo una y otra vez con su dedo. Las sensaciones dentro de su pelvis se están creando, pero está vacía y su coño palpita para llenarse. “Por favor, Señor,” ella dice llorando. “Por favor, tóqueme.”


Él se ríe. “Todavía, no. Quiero mirar, y si haces un buen trabajo y te corres para mí, entonces, podría tocarte. Ahora, vas a usar el dildo y consigue correrte, zorra mía.”


“Mételo dentro. Todo de un empujón.” Sus caderas se contraen y gime, mientras el suave consolador presiona profundamente dentro de ella, tan adentro como puede. Y luego, empieza a deslizarlo hacia dentro y hacia fuera, despacio al principio. Relajándose en la sensación, pero su deseo de ser tocada no puede ser satisfecho con esto y abre más sus piernas y ella le mira. Una vez más, le suplica que la toque, que la ayude y la llene como sólo él puede.


“No, puta, esta vez voy a observarte, y vas a hacerlo por mí. Ahora no me hagas hacerlo de nuevo.” Mientras se mueve y gira entre sus muslos, cierra los ojos brevemente, su mirada la siente cálida sobre ella y el nivel de su escrutinio es casi insoportable. Ahora trabaja el consolador con más rapidez y su dedo presiona firmemente contra su clítoris, ya hinchado por completo, pero esta compresión final todavía parece eludirla, su mente está llena de pensamientos sobre sus caricias y su cuerpo se está reprimiendo.

 

De repente, ella puede sentir su aliento en su muslo y le escucha respirar profundamente por la nariz. ¡Ahhh! Su olor es tan maravilloso que ahora se corre para él, y por fin, puede verle pulsándola. Entonces, él besará su coño como si fueran sus labios, saboreándola, lamiéndola y cubriendo su cara en sus jugos, y luego, él besará sus labios y ella se probará a sí misma.


Los ojos de ella se abren de golpe, mientras oye esas palabras y mira hacia abajo y puede ver su rostro tan cerca de ella, tan cerca que puede sentir su aliento y quiere tanto su boca sobre ella, tanto que empuja más el consolador dentro de ella, ofreciéndole sus caderas.


“¡Vamos, ahora, puta! No esperaré más.” Esas palabras de control son todo lo que ella necesita, y grita su nombre, mientras su orgasmo se derrama a través de su cuerpo y sus ojos arden con anhelo y deseo, mientras ella le mira y ve cómo se lame sus labios…

miércoles, 24 de febrero de 2021

Mi deseo es por su deseo

“El deseo del hombre es por la mujer, pero el deseo de la mujer es por el deseo del hombre.” Madam de Staël. 

Buscaba una cita sobre el deseo y encontré esta que tanto me ha gustado, que he querido compartirla con quienes me lean.

El deseo se ha ido 

Como usted bien sabe, Señor Ben Alí, hemos pasado cuatro años con problemas de salud por parte de mi Dominante y el fallecimiento de mi madre. Ambos casos han tenido un gran impacto en mi salud mental. Con mi Dominante, sufriendo las 24 horas del día, los siete días de la semana, y yo, lidiando con el dolor intenso y luchando contra pensamientos muy oscuros. En definitiva, el sexo no era algo en lo que pensáramos mucho. Aunque teníamos nuestros momentos de intimidad, pero esencialmente, nuestra vida sexual era inexistente.   

Debido a tener tan poco sexo, mi deseo también disminuyó, como ya le dije en otro correo electrónico, y todavía lo mantengo, es que es una especie de mecanismo de supervivencia. Cuando la vida pasa y el deseo sale corriendo por la puerta trasera, puede que sea fácil aceptarlo, pero finalmente, el cuerpo se adapta. He sufrido la muerte de mi deseo sexual y la huida de mi libido.

 El deseo ha retornado 

Hacia finales de Agosto del año pasado, le escribí un mail y compartí que finalmente regresábamos. La sequía sexual parecía haber terminado entonces, y puedo informar que todavía es el caso. Todos los fines de semana, y también un par de veces durante la semana, hemos tenido sexo. Nos saltamos solo un fin de semana porque no me sentía bien y mi Dominante me ordenó que me fuera a dormir. 

Es interesante que, después de haberle escrito que mi libido se había ido, solamente tres meses más tarde, el deseo ha vuelto. No solamente el mío, sino también el de mi Dominante. A pesar de que ambos habíamos sentido los efectos de los cuatro años de dificultades, pronto fueron casi olvidados. Nuestras manos encontraron su camino hacia el cuerpo del otro, nuestros labios se tocaron en besos apasionados y nuestro corazón y nuestras almas se conectaron aún más ferozmente que antes. Nuestro deseo había regresado y era como si el mundo que nos rodeaba se viera más ligero, más soleado y simplemente, de nuevo, perfecto.

Mi cuerpo le estaba esperando

De nuevo, miro a la cita del encabezamiento, y especialmente la segunda parte “el deseo de la mujer es por el deseo del hombre,” es lo que sigue dando vueltas en mi cabeza. Quizás por eso, me sentí tan desconectada en todos esos meses de sequía (¡años!) y, ¿por qué?, para preservar mi propia cordura, me distancié de mi propio deseo. Y creo que esto es también la razón por la que, ahora que él ha vuelto a mostrar su deseo por mí, el mío lo ha encendido. Mi cuerpo lo había estado esperando, y mientras lo hacía, apagó todo el anhelo, ya que, de otra manera, solo me frustraría no obtener lo que mi cuerpo estaba pidiendo. 

Ya no hay frustración. No más decepción, donde siento que algo “podría” pasar, y luego no sucede. Es tan diferente de lo que era. Durante esos meses de “depresión” nos besábamos, abrazabamos, reíamos, sonreíamos, y siempre hubo intimidad y compañerismo en esas acciones, pero nunca llegaron al dormitorio. Cuando íbamos a la cama, nos íbamos a dormir. Nada más.

Ahora nos abrazamos, besamos y nos miramos a los ojos, y en silencio, nos decimos que queremos más, y cuando nos vamos a la cama, nuestras manos se encuentran. El deseo que está por ahí por la mañana, todavía existe cuando nos acostamos por la noche. No importa cuántas horas haya en el medio. Vuelvo a soñar con sexo, tanto cuando duermo como cuando sueño despierta. Mis fantasías han regresado, y como era costumbre durante muchos años, en esos últimos minutos, antes de irme a dormir, pienso una vez más en las cosas sexys que quiero hacer. 

Necesitaba que su deseo despertara de nuevo al mío. Y ahora, lo ha hecho, el deseo por nuestra D/s también regresa… y no sólo el mío, sino también su deseo.

P. S. ¡Enhorabuena! Y gracias, por tu confianza y sinceridad, y por compartir este punto y aparte de tu vida con quienes leen mis palabras.