¿Conoces ese tipo de sexo, donde
al día siguiente, te duele todo el cuerpo? ¿Donde puedes sentirlo en tus
abdominales, debido a la frecuencia que te mantuviste en una postura determinada,
y el dolor en tus caderas, te recuerda cómo separaste las piernas una y otra
vez para que él enterrara su falo en tu cuerpo? ¿Que los músculos de tu espalda
baja los sientas tensos, debido a cómo arqueaste la columna para que él te
embistiera rudamente y penetrara en tu profundidad?
El tipo de sexo que te deja
marcada. Moratones en tu cuello y en tu pecho, dejados atrás por una mezcla de
mordiscos y dedos ásperos que te sujetan y las picaduras al rojo vivo de la
palma de su mano al conectar con la carne de tu trasero. Un golpe intenso, haciendo
que la respiración salga de tu cuerpo siseando y, al día siguiente, cuando te
mires al espejo, puedas ver las líneas rojas, dejadas en ese momento por sus
dedos. Pasas las yemas de tus dedos por la sombra de sus golpes para descubrir,
que no solo puedes ver dónde te hizo arder, sino que también puedes sentirlo. La
piel, un poco en carne viva, un poco sensible. ¡Ah! Duele tan bien.
“Quiero eso. Quiero
que me vuelvas a hacer daño. Quiero que seas rudo y bruto, para arrastrarme,
sujetarme, bajarme a rastra de la cama y ponerme de rodillas, magullar mis
labios con la intensidad de tu beso, mirar mis ojos, mientras me llenas la boca
con tu gruesa polla y tejer mi cabello con tus dedos, puedes follarme la cara
como quieras…”
Sólo pensar en esto, hace que a
la sumisa le duela, porque éste es un tipo de dolor diferente. Este dolor se
encuentra entre sus muslos, un pulso caliente de necesidad que se anida en su
vagina y hace que se mueva en el asiento. Pensar en su Dominante, hace que se
introduzca la mano entre sus bragas, hunda sus dedos en sus pliegues,
deslizarlos dentro de ella y sentir su coño apretarse alrededor de ellos,
mientras recuerda todas las formas en que le provocó el dolor.
Cuando pasas la mano sobre la marca, se eriza tu cuerpo nuevamente y el recuerdo late y se hace presente.
ResponderEliminarAbrazo
... y las marcas dejadas, siempre son bien recibidas y agradecidas por la sumisa que las recibe...
ResponderEliminarBuen día