viernes, 26 de febrero de 2021

Tóqueme

 Once días para el final…

 

“Estimado Señor…”

 

“¿Quieres correrte para mí, sumisa?”

 

“Sí, Señor.”

 

“Entonces, ¿por qué estás sentada ahí con las piernas tan apretadas?

 

“Hummm…”

 

“Córrete ahora, ábrete para mí…” él ronronea.

 

Ella separa un poco las piernas y se apoya sobre los codos.

 

“Más separadas, vamos, muéstrame tu coño bonito.”

 

Sus palabras la excitan y responde, sus piernas se abren más… “Mmmmmm, un coño tan hermoso y húmedo. ¡Qué buena zorra! Ahora frótate el coño para mí.”

 

Durante un momento, ella duda y levanta sus caderas ligeramente, ofreciéndose a él. Éste le sonríe y dice: “Pronto, pues quiero verte primero. Ahora, hazlo por mí.”


Sus dedos recorren su estómago y el montículo de su pubis rasurado, y hurgan entre sus delicados pliegues para encontrar ese trozo de carne dura y anudada. Mientras lo roza con el dedo, su vagina se contrae ligeramente con la caricia, pero, pasa los dedos más hacia abajo hasta encontrar su abertura. Ella ya está chorreando humedad y él saca esa humedad pegajosa, de nuevo sobre su coño, y cubre su clítoris palpitante con ella.

 

“¡Qué buena zorra!” le gruñe. “Ahora ingéniatelas para correrte para mí.”


Él presiona su clítoris más fuerte y lo hace rodeándolo una y otra vez con su dedo. Las sensaciones dentro de su pelvis se están creando, pero está vacía y su coño palpita para llenarse. “Por favor, Señor,” ella dice llorando. “Por favor, tóqueme.”


Él se ríe. “Todavía, no. Quiero mirar, y si haces un buen trabajo y te corres para mí, entonces, podría tocarte. Ahora, vas a usar el dildo y consigue correrte, zorra mía.”


“Mételo dentro. Todo de un empujón.” Sus caderas se contraen y gime, mientras el suave consolador presiona profundamente dentro de ella, tan adentro como puede. Y luego, empieza a deslizarlo hacia dentro y hacia fuera, despacio al principio. Relajándose en la sensación, pero su deseo de ser tocada no puede ser satisfecho con esto y abre más sus piernas y ella le mira. Una vez más, le suplica que la toque, que la ayude y la llene como sólo él puede.


“No, puta, esta vez voy a observarte, y vas a hacerlo por mí. Ahora no me hagas hacerlo de nuevo.” Mientras se mueve y gira entre sus muslos, cierra los ojos brevemente, su mirada la siente cálida sobre ella y el nivel de su escrutinio es casi insoportable. Ahora trabaja el consolador con más rapidez y su dedo presiona firmemente contra su clítoris, ya hinchado por completo, pero esta compresión final todavía parece eludirla, su mente está llena de pensamientos sobre sus caricias y su cuerpo se está reprimiendo.

 

De repente, ella puede sentir su aliento en su muslo y le escucha respirar profundamente por la nariz. ¡Ahhh! Su olor es tan maravilloso que ahora se corre para él, y por fin, puede verle pulsándola. Entonces, él besará su coño como si fueran sus labios, saboreándola, lamiéndola y cubriendo su cara en sus jugos, y luego, él besará sus labios y ella se probará a sí misma.


Los ojos de ella se abren de golpe, mientras oye esas palabras y mira hacia abajo y puede ver su rostro tan cerca de ella, tan cerca que puede sentir su aliento y quiere tanto su boca sobre ella, tanto que empuja más el consolador dentro de ella, ofreciéndole sus caderas.


“¡Vamos, ahora, puta! No esperaré más.” Esas palabras de control son todo lo que ella necesita, y grita su nombre, mientras su orgasmo se derrama a través de su cuerpo y sus ojos arden con anhelo y deseo, mientras ella le mira y ve cómo se lame sus labios…

4 comentarios:

  1. Un bonito ritual lleno de complicidad, de deseo de complacer, complaciéndose.

    Saludos

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    1. Como tienen que ser todas las entregas. El ritual es la estructura indispensable en cualquier sesión Amo/sumisa.

      Saludos

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  2. Qué alegría verte por aquí, Amowhor.
    Es que la entrega mutua es indispensable para que cualquier relación se exitosa. Maxime en las relaciones D/s.
    Saludos

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