“Encadéneme, flagéleme, hágamelo
pagar, ¡como día de San Valentín que es!” De esta manera, ella felicitó a su
Dominante por San Valentín.
El día de San Valentín, no es un
descubrimiento de algún centro comercial moderno. ¿Sabías que el Día de San
Valentín tiene su raíz en la fiesta pagana de la fertilidad de Lupercalia, que
se celebraba en la antigua Roma los días 13, 14 y 15 de febrero? Al parecer,
los hombres jóvenes se desnudaban y usaban látigos de piel de cabra, o de perro,
para azotar el trasero de las mujeres con el fin de mejorar su fertilidad. Apuesto
para que esta bella tradición renazca nuevamente. ¡Qué utopía!
“Olvídate de las rosas y los
chocolates y las tarjetas de felicitación producidas en masa y online. Quiero
que me ates las muñecas y las sujetes a un gancho sobre mi cabeza.”
“No quiero desayunar en la cama.
Quiero que me rasgues la ropa del cuerpo exponiendo mi espalda y mi trasero
para ti.”
“No quiero joyas, bombones o
cena, quiero oírte gruñir en mi oído, que ahora es el momento de una lección
por San Valentín.”
“No quiero que me prepares una
bañera, quiero sentir el beso de tu látigo, mientras me arde la carne.”
“No quiero un masaje. Quiero
sentir tus dedos trazando suavemente las ronchas que has dejado sobre mi piel.”
“No quiero que me mimes, quiero
que separes mis muslos y disfrutes de mí.”
“No quiero champán, quiero semen,
el tuyo y el mío, goteando por mis piernas. No soy como las demás mujeres, no
quiero lo que ellas quieren. Corazones y flores, cintas y romances. Quiero
látigos, fustas, cuerdas, pasión, dolor y amor por todo lo que soy…”
¡Feliz San Valentín!
No soy partícipe de fechas, ni siquiera mi cumpleaños, pero así, como lo ha colocado, por supuesto que apetece, aunque mi cabeza sigue diciendo, ¿día especial?, todos los días que se viven y disfrutan siendo lo que somos son especiales.
ResponderEliminarLe leía mientras escucho EsoYMás
De corazón espero que haya tenido un hermoso día y se extienda para todos los días del año.