domingo, 21 de febrero de 2021

El hall del hotel

“Levántate la falda.”

“¿Qué? ¿Aquí? Pero, ¿y el recepcionista?”

“¿Qué pasa con él?” Le pregunta a ella.

“Unnnnm, bueno, no llevo ropa interior…”

Pero, la respuesta de ella se corta cuando Él  le echa esa mirada y le dice:

“Súbete ahora mismo la falda, o te pondré sobre mis rodillas, y te azotaré para que todo el mundo te vea y luego, termines levantándote la falda para mí.”

Los ojos de ella se fijan en los de Él, buscándolos, tratando de ver su mirada y comprobar, si realmente lo dice en serio. Ella juguetea con el dobladillo de su vestido, esperando ver esa sonrisa descarada que le diga que está bromeando. Todo lo que ella ve, es esa mirada, mirada que le envía un escalofrío por su columna y una ráfaga de humedad entre sus muslos. Y como, si ella tuviera alguna duda sobre si lo dice en serio o no, Él le gruñe:

“Levanta… levanta… tu falda… ¡Ahora!”

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