martes, 23 de febrero de 2021

Su primera vez

Ella tenía 37 años, cuando tuvo sexo anal por primera vez.

 

Se conocieron en una sala de chat. Se pasaron semanas escribiendo basura absoluta de un lado a otro hasta que ambos se desperaron el uno con el otro. Él estaba nervioso por conocerla, pero ella lo convenció de que todo lo que quería era una cosa de una sola vez. Él salió de su trabajo e hizo todo el viaje de un tirón hasta la casa de ella con el fin de pasar el día en la cama juntos, e interpretar muchas de las cosas que ambos habían jugado tan perfectamente en la sala de chat. Sabía que ella nunca había tenido sexo anal. Fue gentil y amable. Usó lubricante y sus dedos para prepararla y le preguntó repetidamente, si estaba segura. Ella se corrió muchas veces ese día, pero el orgasmo más poderoso fue el que tuvo, cuando lentamente empujaba su falo en el culo de ella.

 

Había fantaseado mucho con el sexo anal antes de ese día e, incluso, ella usó juguetes consigo misma cuando se masturbaba. Por lo tanto, sabía que ese acto era muy excitante para ella. Pero, hay una gran diferencia entre follarse a sí misma por detrás, donde ella tiene el control y puede establecer el ritmo a la perfección y confiar en alguien lo suficiente como para compartir ese acto, en especial, cuando es la primera vez. Afortunadamente, él era un hombre bueno, queriendo que lo pasara bien. El placer de ella era muy importante para él y, como resultado, en absoluto, se arrepiente de que él fuera el primer hombre que hiciera eso con ella.

 

Para ella, el sexo anal siempre le había parecido un acto sexual más íntimo que el sexo vaginal. Tal vez sea, porque tiene más confianza cuando se trata de hacer eso o, tal vez, porque le gusta el sexo anal de una manera muy específica y nunca ha contemplado hacerlo con alguien con quien tuviera una relación casual. Ella necesita sentir un fuerte sentido de confianza y conexión con alguien que quisiera tener sexo anal, pues cuando lo hace, ambos están en un nivel superior, y eso la excita enormemente.

 

El sexo anal le funciona en dos niveles. Por supuesto, existe la sensación física. La forma en que la hace sentirse llena, pero ella puede conseguir esa sensación con los dildos y los juguetes. De hecho, le funcionan realmente bien, porque no le gusta mucho los empujes. Le gustan los movimientos de penetración suaves. Sin embargo, no hay nada como la sensación de lo real, y esto también juega en la segunda parte de lo que la excita al respecto y, ese es el elemento fuerte del tabú y cómo le habla a su perversión de sumisa. Su mente se pone increíblemente calenturienta. Sólo las palabras, “te voy a follar por culo más tarde,” susurradas a su oído, la hacen palpitar. De hecho, hablarle de follarle el culo, mientras la tocas o penetras, casi siempre se pone en el límite.

 

Ser penetrada analmente es sucio, guarro y bruto y, por lo tanto, no es lo que hacen las chicas buenas… pero, si la obligas, la abrazas un poco, le susurras al oído que se sentirá muy bien. mientras pones un poco de lubricante en su trasero, díle que lo vas a hacer sin importarte lo que ella diga. Por lo tanto, podría cooperar o que, cuando luche contra eso, sólo lo haga para sentirse mejor, usa el peso de tu cuerpo para inmovilizarla, mientras empuja tu polla en su ano. Bueno, entonces, ¿qué otra opción tiene ella para ser una sumisa muy guarra?

 

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