lunes, 23 de enero de 2017

Hay nudos que nunca se podrán deshacer


Existen recuerdos y luego, hay momentos, algunos consiguen arraigarse en el tejido de nuestras vidas, que se transforman en algo más que un recuerdo. Se convierten en un recuerdo que será atado en tu interior para el resto de tus días.

 

Esos son los nudos del conocimiento, los cuáles se reproducirán de forma repetida a lo largo de tus días. Algunas veces, débilmente, como un murmullo de desesperación, llamándote desde lejos. Algunos de esos momentos más dolorosos, se convierten en servidumbre mental que te restringen algunas veces, en los casos más extremos, pueden incluso causar parálisis emocional.

 

Sencillamente, existen algunos momentos, que se convierten en nudos, que tratamos de desatar y comprender en fútiles intentos de escapar de un pasado que siempre lo será. No creo que yo vuelva a desatar jamás algunos de esos intricados nudos. Creo que sólo los tejeré en otra cosa, en lugar de una atadura, que se convertirán en una suspensión de clases, que me permitirán flotar por encima de todo. En lugar de estar inmovilizado, me permitirán ser considerado, en vez de estar cautivo. Me permitirán usar estos nudos como un arnés de pecho y ser libre para ser izado de los pozos de la desesperación, cada vez que aparezcan.

 

Hay algunos nudos que nunca llegarán a deshacerse. Estoy de acuerdo con esto, porque no se trata de los nudos que puedas llevar, sino cómo los llevas y los usa en tu vida.

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