Reflexiones sobre la sumisión

Es la lucha que ella anhela.

Ella puede sentir que la excitación está subiendo dentro de su piel, estirando y dejando al descubierto sus dientes, sintiendo la presión detrás de sus ojos, buscando la liberación. Quiere un desafío.

Ella quiere un tipo de desafío, diseñado para que se aloje dentro de su cabeza. Quiere que la auto obstinación ruja y su lado sumiso ruegue y el resto de su vida sea atrapado en medio, sin saber a quién seguir. Quiere que la presión interior se tense a través de su cuerpo, el deseo de luchar y el deseo de tirar de las cuerdas más fuerte, hasta que esté a punto de estallar.

No debe ser fácil para ella. Hay momentos, en los que ve su propia plenitud, fuerte y poderosa en su piel, donde su energía se irradia, como las alas que se despliegan.

“Voy a hundirme hasta mis rodillas, si demuestras que estás dispuesto a mantener este espacio conmigo, para llegar a mi intestino y agarrar la luz, desarrollando lentamente los brazos que he construido para sostener estas alas, cerca de mi cuerpo. Puedes conseguirlo, pero, tendrás que trabajarlo.” Le dijo.

Es muy interesante para ella poder desear estas cosas. Ha sido un proceso largo para llegar hasta ahí, para no ver su propia terquedad como un fallo. A no retroceder, en contra de lo erizado de su columna vertebral. Ella quería ser el tipo de pervertida, que pueda encontrar esa clase de liberación que anhela en el dolor. Y hay, para ella, una cierta liberación excelente de dolor. Pero, el deseo, la unidad y lo que realmente lleva su sangre hirviendo, es la lucha, el combate y la batalla de los deseos. Están en las conversaciones que se producen en espacios llenos de gente, manteniendo su cara seria, mientras sus ojos están susurrando travesuras.

Es la tensión eléctrica en el aire, el ruido volcánico debajo de la conversación mundana. Es en los momentos que se aleja, cuando todo en ella le dice que permanezca y se vuelva, para encontrar que está siendo seguida. Es en las sonrisas que dicen demasiado y las palabras que no dicen lo suficiente.

Le gusta la incertidumbre. Hay una profunda quietud que sólo puede venir después de una gran agitación, y le gustan las formas en las que la lucha la fuerza a mirarse a la totalidad de sí misma. Sus inseguridades y sus miedos, sus fuerzas y sus deseos. Una de las pocas veces que ella es capaz de sentir la totalidad de sus sentimientos, sin reserva o vergüenza. Es caótica, sí, pero es la puesta a tierra en su propio camino. La mayor parte del tiempo, no se está dirigiendo al subespacio. Es la acumulación. Se trata de estar menos dónde termina y más, sobre el proceso de llegar allí.

Ella se someterá tan fuerte como él esté dispuesto a trabajar para llevarla allí. Donde quiera que termine, es el final de la sesión. Ella quiere saber cómo se hace o cómo se juega.