lunes, 30 de enero de 2017

La experiencia hace al Dominante

“Siempre estoy haciendo lo que no puedo hacer con el fin de que pueda aprender a hacerlo.”

¿Quieres aprender a ser una amante, amor? Haz que tu corazón se rompa, búscalo muchas veces y consigue llevarlo al punto de euforia pura, sólo para ser arrojado constantemente al abismo del dolor. Sientes como si nunca fueras a amar de nuevo, busca a la persona que te haga sentir mejor de lo que pensabas que podrías. Que hagas todo el camino, no decir que te aman, sino muéstralo a través de tus actos afectivos y bondadosos, cuya naturaleza romántica viene en el momento adecuado, pues incluso, en medio de una mañana mundana, te puedes sentir querido y en casa con ellos.

Tú quieres ser dominante. Entonces, domina a alguien. Comete errores, siente inseguridad, olvida lo que has planificado y no vivas a la altura de todas las expectativas que tienen de ti. Aprende de lo que las gustan, dále a ella un momento tan rico de pasión que, al día siguiente, siga todavía temblando. Dile que haga algo y observa su obediencia, porque has puesto todo el tiempo, el trabajo y te has ganado su confianza, y su cuerpo. Su sumisión es tuya. Siéntete conectado a tu sumisa, como no sabías que era posible. Tú quieres eso. Entonces, en primer lugar, tienes que fallar, dado que no hay ningún sustituto de la experiencia.

Tú quieres ser sumisa. Sométete, tienes menos experiencias de las que estabas deseando. Sé desafiante y bravucona. Procura ser azotada desde una manera suave a fuerte. Desde unos breves azotes a un tiempo prolongado. Sé pesada comunicando tus necesidades. Conviértete en la sumisa que quieres ser, observa que tu reto se va disipando. Haz que los momentos que golpean tu mente se alejen y déjalos a la deriva en las regiones profundas del subespacio, donde entras en éxtasis como agua caliente que cae de una ducha y deja que corra por tu piel sedosa, todavía excitada y roja, de unos recientes azotes. En tu sumisión, siéntete en casa y aprende cosas sobre ti misma que no sabías que estaban enterradas en lo más profundo de tu ser. Cosas que te dejan confundida y ligeramente avergonzada, ahora que las abrazas, como el abrazo de una vieja amiga. Siéntete conectada a tu Dominante como nunca has estado conectada a ninguna otra persona.

Cualquier cosa que quieras tener para estar dispuesta a ponerla en el tiempo y esfuérzate en manifestarla. Nadie es maestro en su oficio sin esforzarse en dominarlo. Ningún talento natural puede sustituir al esfuerzo duro. Quieres la relación D/s de tus sueños, entonces, es mejor empezar, porque va a ser un viaje lleno de baches, pero te prometo que te va a encantar, cuando llegues allí.

Suerte.

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