Este no
va a ser un artículo sobre mi vida, aireando mis trapos sucios. Siento
decepcionarte, si es lo que esperas. Este artículo va a tratar sobre algo de lo
que no se habla con frecuencia, es decir, sobre el nivel de dolor asociado con
la disolución de una relación D/s. Tal vez sea, porque mostrar las emociones no
es algo que un Dominante airee y parezcan suaves. No lo sé.
Vamos a
decir que es devastadora. Una sensación muy mala y más brutal que cualquier
divorcio. La razón de ser es el nivel de intimidad. Cualquier persona,
comprometida en una relación D/s a largo plazo, puede atestiguar que el nivel
de intimidad, confianza y comunicación es sin igual y no se puede duplicar o
conseguir en una relación vainilla.
Cuando
alguien te ha entregado su dominación sobre tu cuerpo, tu bienestar y tu
seguridad emocional, que es un nivel de compromiso profundo, exige una gran
atención del uno hacia el otro. Lo he dicho antes y lo diré de nuevo, la razón
por la que una relación D/s es tan diferente de una vainilla es, porque en una
relación vainilla, puedes coexistir dentro de los parámetros de la relación.
Mientras que en una relación D/s, ambos se convierten en los parámetros y los
dos tienen que existir dentro de una dinámica que está dentro de sus mismas
interacciones. Simplemente, tú no puedes coexistir, la propia relación te
fuerza a convertirte en algo más que dos personas, te conviertes en una persona
dinámica que no puede existir sin el esfuerzo continuado y consciente de ambas
partes.
Has
conocido a parejas vainillas, que han llaneado sin tener muchas interacciones,
y luego se juntan esporádicamente y su relación continúa.
Visto
que eso no puede suceder en una relación D/s sin que se desmorone sobre sí
misma y deje de existir, se necesita un esfuerzo constante para mantener la
dinámica viva y accionable. Sin esa participación constante, sencillamente, la
relación deja de existir.
De tal
manera que, el nivel de intimidad, que es hermoso cuando la relación va fuerte,
es terriblemente devastadora, mucho más allá de lo que las palabras puedan
expresar, cuando se rompe.
Ella llega
a ser mucho más que tu sumisa, se convierte en tu mejor amiga, tu amante, tu
familia y ella es, indudablemente, tu sumisa de verdad, y te llegas a sentir
constantemente comprometido en esa dinámica sutil, o aparentemente todo, en
todo momento.
Perder eso,
no es perder literalmente un trozo de ti mismo. Pierdes tu amor y tu mejor
amiga. Dos cosas que no sólo romperán el corazón de cualquier hombre, sino que,
además, de perder eso, también perderá a una sumisa de la que usted era
responsable y, de cuyo servicio y entrega a usted, le reportaba mucho placer,
alegría y el propósito de que era devastadora. Pensar en que estará arrodillada
ante otro dominante y ser azotada, es peor que pensar en ella teniendo
relaciones sexuales con un hombre vainilla.
Por lo
tanto, sí, la D/s puede hacer que una pareja se sienta más unida y cercana que
una pareja vainilla normal, romper esa dinámica de intimidad, aparte de ser tan
dolorosa como increíble, quiere decir, que va a doler tanto como le duele a una
madre parir.
Una ruptura de una relación así es muy duro por las dos partes, supongo que también dependerá del motivo de dicha ruptura y de quién dé el paso....
ResponderEliminarSiempre he leído como la parte sumisa hablaba de este tema y se agradece que alguien dominante dé su punto de vista.