Cuando
ella se involucró por primera vez en una
relación D/s, su dominante la llamó puta. ¡Uffff! Lo hubiera colgado con su
propio cinturón por el cuello y con un trozo de jengibre en su culo. Ella era
una mujer a la que le gustaba el sexo, no una puta. Fue desde la A a la Z del
diálogo feminista sobre dicha palabra en menos tiempo del que se necesita para
quemar un sujetador.
Entonces,
ella se apegó al título, debido a lo tanto que le afectaba cuando él lo usaba.
Tuvo que preguntarse a sí misma lo que pretendía decir cuando usaba esa palabra
y, con razón, porque la palabra puta tiene definiciones suficientes para tener
su propio diccionario. Ella iba a aceptar el cumplido y al feminismo,
condenarlo.
Hoy,
se ha encontrado con una nueva definición de la palabra “puta.” Una mujer con
la moral de un hombre. Es mejor que otras definiciones, pero, jolines. ¿Estamos viviendo en el siglo XVl? ¿Nos
estamos reservando para el matrimonio y la monogamia, la única manera de
entender el sexo en aquella época? ¿No? Entonces, cuando alguien folla, ¿quién,
cómo y cuándo tiene algo que ver con lo correcto e incorrecto?
El
humorista inglés, Jim Jeffries, define mejor la palabra “puta”: “Cuando haces
la garganta profunda con una polla, es porque lo has visto en una película
porno y piensas que tu novio la disfrutará. Cuando una puta hace una garganta
profunda con una polla, ella lo está haciendo, porque no puede esperar más de
un minuto sin tener una polla magullando la parte posterior de su garganta.
Cuando metemos una polla en el culo, estás pensando: ‘Esto no es tan malo.
Espero que él esté disfrutando su cumpleaños.’ Cuando una puta tiene una polla
en su culo, ella piensa: ‘¿Sabes lo que sería bueno? Dos pollas en mi culo.”
Cuando
le han dado una bofetada con la etiqueta “puta,” es porque está haciendo algo
que un montón de otras mujeres no haría, y cuando lo hace, lo disfruta. Cuando
la llaman puta, es porque al no tener una sola marca en su cuerpo, la hace
sentirse fuera de lugar. ¿Por qué sabes lo que es mejor que una polla? Tres
pollas. Porque no puede contar el número de veces que se ha acostado con un
hombre de compañía educada. Pues porque la razón por la que ella no dejó de
follarle cuando el guardia de seguridad apareció, había sido un inconveniente y
no porque ella fuera una exhibicionista. Sin embargo, lo más importante de todo
esto, la llaman puta porque no cree que la maldita moralidad tenga que ver con
el sexo. La palabra “sucia” no tiene un sitio en su vida sexual. ¿Pervertida?
Ese concepto debería haber sido extinguido, cuando las mujeres se dieron cuenta
de que había una cosa como una matriz flotante follando.
Y
así, sin más preámbulos, somete la definición de su nombre propio a la palabra
Puta: (sustantivo). Una mujer que ve el sexo consensuado como saludable, limpio
y, de principio, independientemente de lo loco, perverso y obsesivo que sea.
Yo también he llegado a tener pequeños cabreos cuando mi Amo me lo llamaba al principio, después ya simplemente lo acepté.
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