miércoles, 4 de enero de 2017

La sumisión no es un cheque en blanco

Este mañana temprano, me encontré con un artículo que me molestó. Demostraba una actitud que me pareció bastante desalentadora y peligrosa. No opiné en la sección de comentarios porque no quería darle a dicho artículo más resonancia. Es por eso, que no voy a hacer referencia directa a dicho escrito.

Estoy seguro de que otros han abordado este tema y, tal vez, de una manera mejor de lo que yo pueda hacerlo. Os animo a buscar a otros autores y beneficiaros de su sabiduría. El tema debe abordarse, tanto si soy yo, como cualquier otra persona que escriba o quiera opinar.

El tema cuestionaba una falta de respeto inmediato y sin reserva por parte de las sumisas hacia el dominante persuasivo. El argumento principal opinaba que todas las sumisas deberían dar un estatus honorífico y la sumisa, el consentimiento a cualquier dominante, implicando que esa estratificación categórica por sí sola, era suficiente para una sumisa. En otras palabras, si eres sumisa, respeta al dominante y obedece. Sin hacer ninguna pregunta.

Ahora, sé de una secta de nuestro estilo de vida que adopta esa actitud y, en el mundo real, incluso, cuando ellos no son tan extremistas. He visto esta conducta apoyada y animada en salas de chat y en foros, donde los entornos son fantasías, las reglas de etiqueta y el sentido común, necesariamente aplicados al juego de rol. Cualquiera que sea la causa, es fácil para dominantes jóvenes quedar atrapados en esta ola y adoptar esta mentalidad. Temo por las sumisas que, igualmente y sin conocimiento, podrían pensar en este paradigma, que elimina la elección, y serán víctimas.

Escribo esto con la esperanza de que alguien nuevo - alguien que esté virando en este camino, pero que aún no se ha cerrado y sólo trata con absolutos – pudiera alejarse un poco más bien informado. La dominación es un sentimiento poderoso. Intrínseco a esos sentimientos iniciales, existe un sentido del control. Quieres controlar tu entorno, tu destino y a otra persona. Cuando la ecuación incluye al alma de otro ser humano, como es detener su tiempo, evalúa y yerra por el lado de la precaución.

Un dominante no es simplemente una bestia sexual que demanda y controla. El dominante es también el cuidador, el cuidador posterior. Un dominante escucha, protege y aconseja cuando es necesario. El dominante sabe cuándo limitarse a sí mismo. La seguridad es primordial y nunca deja de aprender. Porque cada sumisa es una mente y un corazón diferente con una personalidad única, que aporta nuevas lecciones y conocimientos.

Una sumisa es una persona, no un cheque en blanco, firmado y entregado a usted para rellenarlo con cualquier cantidad que desee en efectivo. Debe haber, al menos, un cierto grado de confianza para que se produzca un intercambio de control. Un banco no financiará su casa basado en una voz fuerte y un comportamiento dominante. Necesita un historial de confianza y estabilidad para fomentar la confianza. Del mismo modo, usted no confiaría en un médico para realizar un diagnóstico, a menos que haya confianza en su capacidad para evaluar y realizar.

Al dar el control, uno abre la posibilidad del daño. Herir trae un daño duradero, muchas veces irrevocable, tanto en lo físico como en lo mental. Para todo el mundo, la idea de realizar o permitir acciones que sean contradictorias con la auto protección requieren una inversión de peso, sin importar cuánto pueda frustrarte. Honestamente, si te frustra malamente, entonces, este estilo de vida no es para tí, al menos, no hasta que tu mente cambie para aceptar al experto como un curso natural de una relación D/s. Hay demasiados depredadores. Demasiados mentirosos. Demasiadas oportunidades para que alguien sea lesionado seriamente o con taras evitables, porque la confianza no era un factor a tener en cuenta.

Es por eso. el por qué no está recibiendo la respuesta que desea: no está probado. Todo lo que eres, es una persona con un título auto proclamado. Eres una peligrosa posibilidad en un mundo lleno de bombas de tiempo. Sin crear confianza, ejercer la moderación, obedecer el consentimiento y vivir bajo la regla del sentido común, y siguiendo a través de una mentalidad tan absolutista, significa que estás coqueteando con el uso y el abuso.

Las sumisas deberían auto preservarse. La sumisión es tan compleja como la dominación, igualmente de frágiles, y no deberían ser tomadas a la ligera o despreciada por la creencia equivocada de que una elección de vida implica una disposición a entrar libremente y sin vigilancia. Usted no puede ser sumisa, pero póngase en sus zapatos. Camine unos pocos kilómetros y presencie los peligros que esperan. Desarrolle una habilidad para empatizar más allá de lo que usted sabe o desea y dé el primer paso para ser un buen dominante. Continúe absorbiendo conocimiento y escuchando a aquellos con los que usted busca jugar. Hable con otros dominantes. Hable con personas de su comunidad. Busque el alma y explore las minucias de lo que realmente desea, antes de actuar por instinto. Entienda la belleza de lo que está tratando de dominar y comprenda que controlar no significa destruir.

Comprender ese respeto y confianza, son las puertas y deben ser ganadas antes de que traspase cualquier barrera. Son absolutas. Porque ahora, el único cheque en blanco eres tú y nadie sabe si hay algo en la cuenta sobre la cual apuntar.

Rellena la cantidad. Haz buena inversión. Capitaliza el conocimiento. Este mundo está lleno de riquezas. Pero, tienes que ponerte a trabajar.



3 comentarios:

  1. POr supuesto coincido totalmente con la desaprobación a ese artículo, pero francamente me parece que te has tomado un trabajo que esa idea no merece.
    Las relaciones D/s, en cualquiera de sus variantes, no son más que un acuerdo de partes para el beneficio de los involucrados. Y esos acuerdos son siempre personales y de ninguna manera extrapolables al resto. Qué un padre regale un auto a su hijo no habilita a todos los amigos del hijo a exigir a ese padre que también les regale un auto. De la misma forma, que una sumisa quiera someterse a un Dominante, no implica que quiera someterse a todos los dominantes.
    Este juego de roles, requiere de cierta parafernalia de palabras, títulos, protocolos y adminículos que ayudan a situarse en una realidad ajena a la realidad del resto del tiempo, pero de ninguna manera, esa parafernalia es válida fuera del mundo D/s. El poder del árbitro de fútbol termina cuando termina el partido, de la misma forma los roles D/s y sus prerrogativas se desvanecen cuando se da el juego por terminado.
    Saludos

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  2. Desgraciadamente hay muchas personas "dominantes" o principiantes a serlo, que las sumisas están para lo que quieran sin ninguna obligación ni cuidado; para esas personas somos trozos de carne que aguanta lo que le echen porque es "lo que nos gusta" sin ni siquiera tener la delicadeza de conocer sus gustos....
    En fin, seguiría y seguiría porque hay mucho abuso.
    Personalmente puedo decir que he tenido suerte y he podido darme cuenta de esa clase de gente y alejarme de inmediato.
    Muy buen artículo.

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  3. Y lo peor de todo, no son esos D principiantes, que todos lo hemos sido alguna vez en cualquier ámbito de la vida. Lo peor, a mi entender, es esa gente con la etiqueta de Dom que sólo son misogenos que van a aplastarte y en ocasiones, la única vía de escape es retirarte y salvaguardar tu integridad.
    Luego conoces a un D que te pregunta gustos, intereses, prácticas y hasta te descoloca, porque solo has oído un: obedece y calla , que como eres la sumisa no tienes ni voz ni voto.
    Pavor me da volver a caer con alguien que me convierta en una sutonta.
    Paula

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