domingo, 11 de junio de 2017

Lo que quiero es follar

Aquí, en las horas bajas de la puesta de sol, me preguntas, con el ardor y la necesidad en tus ojos, un sorbo de dulce discordia y juego en tu voz.

“¿Qué diablos quieres?”

Enciendo una vela y comparto una aureola de luz amarilla contigo, dos caras en llamas, cuerpos ocultos en la niebla que precede a la revelación. ¿No son las respuestas ya evidentes en la forma con que te miro? Me pregunto. Pero éstas son nuestras vidas, la claridad es primordial y oirás mi respuesta, chica.

“¿Quiero tus labios?” 
Suculentos como las fresas y bañados en crema dulce. Mendigando por la fiesta, mientras juegas con fuego, los devoraré. Robándolos, si es necesario. Degustando todos los plumps de ciruela. Mapeando cada línea sutil, bebiendo en tu néctar antes de quitar el control de la lengua ansiosa.

¿Quiero tu cuerpo?
Curvas hermosas desafiantes. Definición: que tientan con una gravedad tan severa como para tirar... ¿de los pensamientos de un hombre hacia el pecado? Lo sabré desde la línea de tu hombro a tus flancos sensibles, la parte baja de tu espalda y todo lo demás. Me imprimiré sobre ti, marcándote en sutiles maneras dignas de susurros. Cuando haya terminado, comprenderás que con un simple toque puedo iniciar un fuego.

¿Quiero tu coño? 
Esos pliegues dulces de carne tierna. Tu clítoris esperando a alguien que comprenda su lenguaje, sin miedo, para explorar sus profundidades con intrepidez. Te llevaré. Estas manos, que han sembrado y cosechado, te mostrarán esta piscina de eyaculación femenina que es sólo un comienzo. Te follaré con la rabia tierna y pensativa. Tú no sabrás cómo se siente al ser llenada, pues, más bien, vas a ser poseída. Tus gritos no me disuadirán.

¿Quiero controlarte? 
Dominar una voluntad que sólo conoce desafíar y triunfar. Un alma que comprende el valor de sí misma, que valientemente permanece donde muchas han caído. Lo haré con la creatividad y el deseo, con mis esfuerzos, diseñados solamente para fortalecer. Sin miedo a entrar en las llamas y bailar contigo. Cada cadena, atadura, golpe e invasión serán un testamento a nuestra voluntad de proclamar nuestra libertad.

“Esto es lo que quiero al follarte,” respondo, mi mirada inquebrantable. “Te cogeré. Te follaré con tal fuerza que las paredes se colapsarán alrededor de nosotros. Serás mi verso y tus gritos y convulsiones puntuarán cada línea. El libro que escribo sobre tí será sólo mío, para leerlo, corregirlo y mostrarlo.”

“Pero, primero, quiero tu corazón.”

Como los enigmas del placer que carecen de valor sin la piedra angular que los hacen significativos.

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