viernes, 23 de junio de 2017

Vicio inherente

Tienes ese deseo inherente de agradar. Insegura de donde viene esa manifestación cobarde. Pero, está ahí. Acechando en el rincón de tu mente. Presente cada vez que me hablas. Con cada acción que tomas. En las palabras que has escrito. Como si necesitaras la validación para todo lo que te rodea. Sientes que no es una sensación agradable ser honesta. Hecha para sentirte tan pequeña. Casi invisible. A menos que tomes las medidas. Sigues a través de los movimientos. Para ser percibida. Te has convertido en un vicio. Una adicción. Un alto que necesitas. Ser aceptada. A través de un guiño o un abrazo. Palabras de amor. Cuando lo permitiste. Sí, lo permites. Tu misma te sientes menos digna. ¿En qué momento te engañaste para creer que no te importaba? Como las sonrisas y los aplausos, se convirtieron en las fichas que necesitabas respirar para otro día.

3 comentarios:

  1. Querer agradar es lo más normal del mundo,lo malo es cuando se convierte en una necesidad donde uno deja su esencia para ir adaptándose a la necesidad de los demás.

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    1. Lo importante es agradar sin perder la esencia sumisa, o dominante, en caso contrario.

      Feliz día...

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