Muchos de nosotros deseamos explorar las
fantasías oscuras y profundas de los demás. Lo que no hacemos primero, es
explorar nuestras propias fantasías internas.
Comprender lo que te excita, por qué te
excita y lo que puede satisfacer esa necesidad y deseo, es una tarea
inmensamente importante, antes de intentar comprender, investigar y explorar
las necesidades de la pareja.
Por lo tanto, necesitamos comprender la
diferencia entre un fetiche y una fantasía.
Fantasía:
La idea, en teoría, es una gran excitación, pero si la vida real ofrece la
oportunidad de explorar esa fantasía, puedes intentarlo o no para realizar ese
deseo.
Fetiche:
Un profundo deseo de explorar un área que dispara la lujuria oculta dentro de
ti. La necesidad de experimentar ese deseo, explorarlo y aprender de él,
llevarlo al siguiente nivel y expandirlo por donde puedas.
Mucha gente verá una película, leerá un
libro, verá algo porno o buscará inspiración en muchas otras fuentes. Mientras
ese encuentro pica nuestro interés, para muchas personas, es simplemente eso.
Un alboroto, un picor rápido en la ventana de otro mundo, disparando los lomos
durante unos segundos.
A continuación, tratarán de experimentar
esa “perversión.” Un cachete a una compañera que no está preparada. Intentar la
penetración anal sin preparación, lubricante, advertencia o consentimiento.
Inmovilizar a una pareja inesperadamente… la lista podría proseguir. E
inevitablemente, esa experiencia falla. Lo que, a menudo, mata el deseo de su
pareja y la pequeña llama de interés que se había creado en el receptor.
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