No sabemos cómo hablar a los nativos.
¿Te has perdido alguna vez por las palabras? A veces, la tragedia es una
forma de silenciarnos a todos. Eso
está bien, porque, a veces, no hay palabras, no hay acciones que puedan ayudar.
Sólo existe una situación de confusión que envuelve y nos barre hacia su
poderosa presencia de oscuridad. Todo lo que necesitamos hacer, es ser testigo
mudo y tratar de preservar y amar a los necesitados y permitirnos ser amados
cuando lo necesitemos.
La muerte, las enfermedades terminales y muchas otras tragedias que parecen
ser una ocurrencia diaria, pueden hacer al más fuerte de nosotros, además de
llorar, un alma aplastada. ¿Qué puede decirte una madre afligida que acaba de
perder a su hijo? No hay palabras, sólo puedes amarla y consolarla, no con tu
compasión, sino con tu empatía. No tengas miedo de dejar que el amor sea el
idioma que hablemos, cuando las palabras no bastan.
“Cuando la tragedia es en un país extranjero, no sabemos cómo hablar a los
nativos.” Pero el único idioma que siempre se traduce es el amor. Siempre habrá
una oportunidad de hablarlo a alguien necesitado y siempre es necesario para
alguien.
No busques las palabras correctas para arreglar cada situación. Algunas veces, tienes que aceptar las palabras e,
incluso, las acciones no pueden resolverlo todo. En otros momentos, sólo tienes
que sostener la mano de alguien y hacerle saber que son amadas, porque, a
veces, eso es todo lo que hay que hacer.
En ciertos momentos, el amor es todo lo que tenemos y, a veces, sólo a
veces, es todo lo que necesitamos.
Muy acertadas sus palabras, señor.
ResponderEliminarsaludos.
Cuando el dolor,la conmoción y la tristeza es profunda,como bien dice,las palabras no sirven.
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