La
D/s tiene una manera de escabullirse dentro de ella y dice: “Aquí está el más
inocuo intercambio de poder al que podrías llegar, pero, de todos modos, te va
a encantar.” Ella daba por hecho que la palabra de seguridad en las sesiones la
desnuda y espera en la escalera para él, mientras éste se bebe una taza de café
y lee sus emails. Cualquier persona ordinaria considera esto una grosería.
¿Ella? Cuanto más tarde, más caliente estará. Luego, entonces, hay dolor. ¿Por
qué es precisamente tan sexy? ¿Por qué le gusta tanto hacerle daño a su sumisa?
¿Qué hace para que los azotes sean tan intensamente sexuales?
Si
alguien llega a una explicación lógica, le regalaré una tarrina de un buen helado
por cada palabra.
Para
ella, es imposible intelectualizar sobre el BDSM sin ver lo absurdo en las
cosas que disfruta, pero, en definitiva, se divierte mucho más que esas
personas en cualquier red social. Las parejas vainillas tienen alrededor de
veinte maneras diferentes de variar su sexo en la oscuridad. Con toda
probabilidad, los dominantes y las sumisas tengamos más de cincuenta mil. La
limpieza después de una sesión es como ordenar los juguetes de un niño: Los
juguetes, ¿dónde ponemos esos malditos juguetes?
El
Dr. Google me dice que entre el 10 % y el 30 % de los adultos participan en el
sadomasoquismo. Por lo cual, el dolor claramente sexualizante no es tan inusual.
Lo que nadie puede decir, es por qué, más allá de la variedad del trauma de la
tragedia infantil, creo que es un policía.
Una
teoría dice que el sadomasoquismo da un escape a las sumisas desde sus
identidades ordinarias. Pero, yo llamo mierda a todo eso, porque, en realidad,
hace lo contrario: La acerca mása hacia sí misma, hacia su propia vida y hacia
su pareja dominante y sádica. Simplificándolo con un ejemplo, si ella se siente
disociada, la forma más rápida de volverla a su realidad es con un cinturón. Si
ella se siente alejada de su dominante, la manera de más fácil de retornarla a
la intimidad, es con un intercambio de poder con su dominante. Si se siente
despreciada, la manera más efectiva de hacerla sentirse amada es que su
dominante la ponga sobre su regazo.
Parece
terriblemente anti intuitivo, pero si ella profundiza en poco más, tiene
sentido en su forma extraña. La D/s no sucede, a menos, que ella sea relevada
de sí misma en toda su cruda autenticidad y lo mismo vale para su dominante. No
hay manera de que él se sienta lo suficientemente vulnerable para levantarle
una mano, si se está sintiendo inseguro en su relación con ella.
Los
dominantes que recibene una alegre y malvada patada por lastimar a sus sumisas
son sexys para casi todas las sumisas, porque ellos están en contacto con sus
instintos, pero el dolor también les llevan al momento presente. Potencian a
todas las sensaciones que siguen. Esto hace que el sexo se sienta un millón de
veces mejor, aunque, el masoquismo requiera confianza, y eso es el afrodisíaco
más poderoso que casi todo lo que está en este bello planeta azul. Excepto, el Amor.
Y donde me deja el placer de portatse "mal"?
ResponderEliminar