miércoles, 22 de febrero de 2017

Su juego favorito para una sesión

Riéndose histéricamente a través de las lágrimas que, corriendo por su cara, e incapaz de borrar la fealdad que él decía, la hacían más hermosa.


Ella le sonrió con un guiño altivo. También pagará por esto. Él se estaba cansando de azotarla en su propio juego.

 

Desesperado por romperla, el objetivo de ella era enfadarle. Porque, en este caso, él sería quien rompiera. Ella estaba atada y confinada, haciendo equilibrios en el borde de la mesa. Apenas, con sus codos y rodillas.


Recibiendo todo el castigo, él podría repartir el plato. Él se había convertido en el menú especial de esta noche. La estaba disfrutando. Con la punta de un cuchillo de plata, la provocaba por el interior de sus muslos.


El metal frío contra su piel caliente, entregándola escalofríos incontrolables. Él, moviendo su muñeca de un lado a otro, siguiendo un patrón lento y delicado. Los mismos movimientos que él había emitido, en las frambuesas enguijarradas de los pezones de ella.


Su estrategia se había convertido en una seducción. Los implementos de haberla azotado yacían dispersos. Olvidados sobre la mesa. Sí él no pudiera romperla con el castigo, le haría que rogara su liberación. Una y otra vez.

 

Esto se había convertido en el juego favorito de ella para tener una sesión

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