Lo que los hombres buenos quieren

Todo el mundo se queja de que no hay hombres buenos. Estoy aquí para decir que existen. De cómo un hombre se comporte, depende en gran parte de la mujer que seas. Éstas son lecciones sobre las relaciones fallidas que las mujeres suelen aprender de una manera muy dura. A menudo, repitiendo el patrón de sus propios comportamientos. Por favor, no más. Siga creciendo para aprender, para ser una persona íntegra, para dejar atrás tu pasado y no arrastrarlo a nuevas relaciones.

 

El hombre piensa de una manera diferente que la mujer. Ellas dedican mucho tiempo a llamadas telefónicas, mensajes de texto y reflexiones sobre su hombre, para llegar a él y para asegurarse de que están seguras en la relación.

 

Al principio, el hombre hace esto, porque sabe que está trás el premio: Tú. (Sí, mujer, no importa lo que pienses de tu apariencia y tal, tú eres el premio). Por eso, presiona a la mujer, para que sea su premio.

 

El ritmo de las llamadas de teléfono y los mensajes son furiosos cuando dos personas inician una relación. Pero pienso sobre esto. ¿Pueden mantener ese ritmo? Las mujeres son notorias por ser capaces de llevar a cabo múltiples tareas a la vez. Los hombres, no. Por lo tanto, en algún momento, el hombre retorna a las cosas de la vida que le conducen a ser exitoso. Ya sea el trabajo,  sus hijos, su hogar o cualquier otra cosa que coma su tiempo. No es que tú seas una prioridad, sino que existen otras cosas que se tragan su tiempo.

 

A cambio, las mujeres no reciben una respuesta. Ellas se preocupan. Algo debe estar mal. ¿Crees que un hombre hace eso? La mitad de las veces, los hombres olvidan que al enviar un mensaje no importa que no respondan. Él no suele llamar durante el día. Ellas piensan que algo está mal. Es possible que algo no esté bien, pero puede que no tenga nada que ver con usted. Hay otras cosas que están sucediendo en su vida de hombre. La mujer piensa más allá de sus propias necesidades. ¿Te preocupa que algo esté mal para la relación o para tí?

 

La mujer lo ve como una necesidad. La inseguridad se comporta de esta manera. Entonces, esos mensajes y llamadas telefónicas se distancian por una razón. Lo estás asfixiando. Y comienza a retirarse. Pero, en lugar de molestarte del por qué no está haciendo estas cosas, mira a su propio comportamiento necesitado para la causa.

Sé la mujer exitosa que eres. Tú tenías una vida antes de conocerle. Salías con tus amistades y familia. Nunca renuncies a tus amistades. Pero haz, de corazón, que te haga sentirte bien. A las mujeres, les gustan dar consejos y te dirán si no estás haciendo esto u aquello. Entonces, no es bueno (tenga en cuenta que, a veces, es cierto, y tienes que tomar decisiones, pero tienes que tomarlas tú).

 

Los hombres aman a las mujeres que son inteligentes, tienen una vida propia y no necesitan chupar vida de ellos. No hay drama, no gimotean. Obsérvale con sus amigos. ¿Se preocupa cuando no escucha de alguien por un tiempo que no le gusta? Demonios, cuando finalmente hablan, hacen planes para salir a tomar unas cervezas.

¿Te sientas en casa esperando para hacer planes? ¿Cancelas los planes con otro, cuando él llama en el ultimo minuto? ¿Por qué iba a tratarse de tí? Él sabe que tú está allí esperando. Eso no es un juego. Es llamarte y empiezas a vivir la vida.

 

Si eres sumisa, masoquista o una dómina, tú eres el premio. Tienes todo lo que los hombres quieren. En cualquiera de estos roles, eres la mitad de esa bella ecuación. Úsala sabiamente. Nada de juegos, nada de dramas. Vive la vida con plenitud. Te sorprenderás cómo las piezas se ponen en su sitio. Manténte firme. El aura que tienes, emite cuando haces esas cosas. Son más atractivas que cualquier ropa, maquillaje, zapatos o cualquier complemento exterior que te pongas. Todas las mujeres quieren la conexión. Los hombres, incluidos.

Tómate tu tiempo. Disfruta del camino. Sé una persona completa. No le toca a nadie llenar tu vida. Debes complementar la vida del hombre y agregarlo a tu vida. Debes estar llena, entera y ser exquisita. Eres hermosa, eres deseada, eres mujer.

 

Sí, oígo que me rugen. Te lo dice un hombre dominante.