sábado, 4 de febrero de 2017

Pulpo y dulce Tako to ama

Ella se sentó sobre la arena húmeda, frente a una ola creciente que, rítmicamente, engullía sus piernas.

Cerrando sus ojos, se inclinó hacia atrás tarareando su llamada de apareamiento.  

Succionando con suavidad, y caricias resbaladizas, las olas se apoderaron de los dedos de sus pies, progresando con firmeza hasta sus pantorrillas y muslos.

Su espalda arqueada hacia atrás, mientras los tentáculos se deslizaban por su cuerpo, envolviéndose alrededor de su cintura, pechos y cuello. Ella gimió, cuando sus extremidades invadieron su boca.

Instintivamente, abrió sus piernas, de par en par, dejando que la ola siguiente se estrellara contra su sexo ya empapado.

La resaca se derritió en una succión deliciosa que la hizo deslizarse por una espiral resbaladiza y suave de placer.

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