domingo, 10 de mayo de 2020

Apolo y Dafne

Cuenta Ovidio en su Metamorfosis, que el dios Apolo y Cupido quisieron competir en el arte de lanzar flechas. Molesto Cupido por la arrogancia de Apolo, ideó un plan, consistente en lanzarle una flecha de oro, la cual le haría enamorarse de inmediato de la primera persona que viera. Así como herir a la ninfa Dafne con una flecha de plomo, la cual le provocaría rechazo y desdén.

En cuanto Apolo vió a la ninfa, se enamoró locamente de ella, pero Dafne sufrió el efecto contrario, por lo cual, salió huyendo. Más, cuando ni siquiera tenía fuerzas para huir, suplicó a su padre, el río Peneo, que la librara de su perseguidor. Su padre la transformó en un laurel, y Apolo, al ver a su amada convertida en árbol, se abrazó a ella llorando, prometiéndole que en lo sucesivo, sus hojas coronarían las cabezas de las gentes en señal de victoria.

Quizás, si insistes en perseguir lo que amas, puedas perderlo para siempre.

2 comentarios:

  1. Pero siempre es un riesgo que hay que correr cuando se siente que vale la pena... tara

    ResponderEliminar
  2. La vida entera es un puro riesgo. Y bueno luchar por lo que merece la pena.

    Es un placer verte de nuevo por mis lares.
    Buen día

    ResponderEliminar