martes, 12 de mayo de 2020

Un collar vacío

  Yo estaba rastreando en mi bolsa de los juguetes para limpiarlos, y estaba allí. Nunca antes lo  había encontrado en la bolsa. Era su collar. Debería haber esperado allí, sabiendo que la dinámica estaba terminando. Cuando la dejé la última vez, todavía eramos nosotros. Pero, como ese collar vacío, sabíamos que conocía algo que no hicimos que, al igual que el propio collar, nuestra voluntad de seguir adelante estaba vacía y careciendo de una convicción real. Una relación D/s sin liderazgo, es como un coche sin volante. No recibes ninguna información con esa configuración.

Sostuve el collar en mis manos y estaba demasiado desnudo. La visión de ella volvía a inundar mi visión tan vivamente que, yo tenía que pensar en algo más rápidamente, antes de que mis piernas cedieran y yo hubiera terminado de rodillas. La misma posición en la que ella me servía. Parece que ahora, el collar tenía el poder de llevar a uno de nosotros a esta posición.

Era raro verlo fuera de su cuello, donde pertenecía por derecho. Hasta ahora, tan lejos de su propio lugar, vacío. Sólo una sombra de lo que una vez significó. Era un símbolo precioso de una unión más fuerte que las cadenas con las que jugábamos. Un amor más intenso que cualquier azote con el flogger, que ella jamás pudo soportar. Un símbolo de propiedad y todos los matices que lleva incrustados con ello. Ella era mía, sólo mía, para usarla, cuidarla, azotarla, besarla y acariciarla, para empujarla contra la pared con mis dedos profundamente dentro de ella, para susurrarle los buenos días, abriendo sus ojos. Ella era mía, el collar no la hacía, pero era una manifestación física de lo que creíamos. Le dimos a la vida dinámica para respirar constantemente nuestros deseos y confianza mutua en ella.

Ahora, era sólo un vestigio de un amor que no existía. Era sólo una pieza de una promesa incumplida. Estaba vacío y triste, y muy lejos del lugar donde debería estar. Ese lugar era yo.

Lo pondré lejos, en algún lugar que no se pueda ver con frecuencia, pero siempre sabré que estará allí. No para volver a lo que era antes, sino para convertirse en algo completamente distinto, un recordatorio de que algo puede ser bello en un escenario y una simple pieza vacía de joyería en el siguiente.

Un collar es tan poderoso como las acciones que definen a los dos que están vinculados a él, un collar vacío está tan vacío, como los recuerdos que guarda.

Supongo que, después de todo, no es un collar tan vacío.


2 comentarios:

  1. Creo que no es un collar vacío, todavía guarda la esencia de ella y guarda su forma. Como la manera cómplice de relacionarse entre los dos aunque todo haya terminado.
    Pienso que cuando algo se acaba tenemos por costumbre pensar que nada fue cierto o que el amor era mentira...pero cuando es el momento, lo sentimos cierto, vívido, real. Porque lo es. Es real.
    Luego...las cosas terminan y ni siquiera sabemos qué ocurrió.
    Y nos quedan los recuerdos y piezas importantes que debemos esconder para que no nos hagan daño.
    Pero es bueno saber dónde se guardan para recordarnos que lo vivimos.
    Y que fue real.
    Y fue seguro,hermoso.

    Eva

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  2. Sin lugar a dudas, fue real y muy hermosa aquella relación. Hasta tal extremo que ese collar lo llevamos perenne en nuestros recuerdos y vivencias.Aunque la vivencia rela durase unas horas.
    Ben Alí

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