Ella vivía en un
sueño, pero despertó bruscamente, como cualquiera suele despertarse de los
sueños bonitos. Ella no sabía que las cosas bonitas no le pasan a uno, siempre
le pasan a los demás, y sentía un dolor grande, pero lo que más le dolía... no
eran las mentiras, sino haberlas creído, no.... lo que más le dolía, era la
sensación del ridículo, no... lo que más le dolía, era haberse enamorado.
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