Recientemente, escribí sobre el poder
erótico de la sumisión. De cómo la sumisión fue poderosa para ella. De cómo
podría despertarle una sensación física tan fuerte. Algunas sumisas escriben
que el acto de sumisión tiene el mismo efecto sobre ellas como el erotismo en
su relación.
Sin embargo, hay un lado negativo en
esto que no me parece tan positivo. Mi propio poder no me excita, quiero creer
que no. Me excita la sumisión de la mujer a mí. Pero, ¿no es esto lo mismo? No,
quiero creer que no, de
lo contrario, me preocuparía.
El poder también
tiene un componente fuertemente erótico. Muchas mujeres se sienten atraídas por
el poder. ¿Mónica Lewinsky se hubiera sentido atraída por servir a Bill
Clinton, si este hubiera sido un tipo que conoció en un bar? Existen numerosos ejemplos
entre los políticos seniors británicos de cierta edad, y sin atractivos físicos
obvios, que tienen relaciones con mujeres jóvenes muy hermosas.
Presumiblemente, esas mujeres se sienten atraídas por el poder de los hombres.
Las despiertan de la misma manera que la sumisión excita y despierta a otras
mujeres.
Este pudiera ser
también el caso de la legión de ejemplos de hombres de negocios mayores que
tienen esposas jóvenes y hermosas de “trofeo.” A veces, se supone que han sido
atraídas por el dinero de sus maridos. Pero, ¿no podrían ser atraídas también
por su poder?
A menudo, los
hombres abusan de su posiciones de poder. Conocen el efecto de su poder e
influencia. Quizás, pudieran ser útiles para garantizar la promoción si sólo…
Por lo tanto,
las mujeres pueden proporcionar y favorecer, incluso ocasionalmente, recibir
deferencias como resultado de ello. Entonces, los hombres sin escrúpulos abusan
de su poder porque algunas mujeres lo usan.
He ocupado
cargos de alto nivel con poder, preferentemente sobre personal femenino. Nunca
he hecho mal uso de esa posición de esta manera y nunca lo he intentado. Sin
embargo, conozco el ejemplo de un colega de alto rango que tenía una reputación
de seleccionar a mujeres bonitas y tener relaciones con ellas. Este era
despreciado por sus colegas masculinos y femeninos, pero siempre parecía
salirse con la suya con este abuso de poder.
También existe
el punto de vista de que, en el análisis de las violaciones, de que los
perpetradores no la hacen por sexo, sino para ejercer su poder sobre una mujer.
Luego, si bien
el poder puede ser una cualidad atractiva en un Dominante, que es deseable para
su sumisa… hay aspectos del uso de este poder con el cual, incluso como
Dominante, me resulta muy incómodo.
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